tag:blogger.com,1999:blog-5339447603049893795.post6763895588908323081..comments2023-10-29T06:52:51.775-03:00Comments on Villeraturas: 28 de junio de 1994Villeraturashttp://www.blogger.com/profile/01025576706950090745noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-5339447603049893795.post-53679219558177470412008-04-05T02:33:00.000-03:002008-04-05T02:33:00.000-03:00El relato esconde siempre algún vestigio de realid...El relato esconde siempre algún vestigio de realidad, incluso el más fantástico de ellos. Y como lo fantástico que supo desplegar en las canchas (fantasía única, mágica, de potrero y picardía, de bastón y galera, de sueño y libertad), la realidad supo ser una marca personal que jámás pudo superar. Y mirá que lo intentaron derribar hasta con patadas cerca de la cabeza en un campo de juego (te acordás los coreanos en el 86? o los de Camerún en el 90?)! Pero en la vida, no hubo gambetas que nos arrancaran sonrisas, al contrario, fueron lágrimas las que se derramaron y lágrimas de dolor. Uno ve en un ídolo el hecho de haber alcanzado, éste, logros que uno ha soñado. Uno se disfraza en su imaginación de ese ídolo, alza la copa, tira la rabona y convierte el gol más espectacular y de repente, se encuentra en medio de los flashes, barba de varios días y voces punzantes que acribillan el aire diciendo barbaridades y comprendemos que el ídolo ha caído, pero si bien saltamos juntos a cabecear ese centro soñado, nos hacemos a un lado cuando la mano viene fulera. Somos así. Elevamos y bajamos. ¿Seremos acaso alguna especie de dioses de algún olimpo terrenal? ¿O tan solo es el miedo a darnos cuenta que nuestros sueños seguirán sin ralizarse? Chocar contra la realidad de que la perfección es un invento y que hay alguien que cruelmente digita la balanza de la vida e impide que nadie pueda alcanzar lo más alto sin sentir en algún momento el sabor de lo más bajo. <BR/>Hay tanto para decir, para narrar, para expresar. Defectos y virtudes, como dice Diego, eso somos. Y no hay ídolos ni quemados, tan solo humanos. Y cómo tales podemos dar alegría y desparramar decepción. Esa es la ley divina. La nuestra.Netomanciahttps://www.blogger.com/profile/15565061418388622444noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5339447603049893795.post-54861471139825531352008-03-31T12:18:00.000-03:002008-03-31T12:18:00.000-03:00Por fin encuentro en el dolor la redención, por fi...Por fin encuentro en el dolor la redención, por fin me encuentro leyendo algo como argentinos, escrito por argentinos que se reconocen en sus defectos y virtudes, en sus ídolos de pies de barro y en sus ídolos de oro, por fin me encuentro y reconozco en letras que puedan hablar de fútbol y pasiones sin tener que ser un abanderado del balón pie para que me consideren argentino, por fin… (gracias fontanarrosa, netomancia, dolina, caloi, quino…)<BR/>Cuando al diego le pasó lo que le pasó temí muchas cosas, pero nunca creí que el mismo mar de gente que lo había elevado al olimpo lo iba a reducir a escombros y cenizas.<BR/>Es cierto, muy bien lo has dicho ernest, somos un calco de los dioses (si es que existen) y como copia de ellos sabemos defraudar, mentir y amar a la vez.<BR/>Una vez el negro Dolina dijo que a los grandes poetas había que recordarlos por sus mejores prosas, por sus momentos de humanidad en los que lograron desnudar su alma, su esencia…<BR/>Que bueno es que muchos recuerden al diego en sus mejores versos, en esos momentos en los que supo crear sus best sellers, sus quijotes y sus sagradas escrituras en las canchas de todo el mundo.<BR/>Me parece genial el ritmo de estas letras, y soy un agradecido eterno por este lugarcito que supimos crear, jeje!<BR/>Salute!Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5339447603049893795.post-49912697590032750672008-03-31T06:18:00.000-03:002008-03-31T06:18:00.000-03:00Creo que nunca abracé a mi hermano con tanto furor...Creo que nunca abracé a mi hermano con tanto furor como cuando Claudio Paul, en el 90, terminó la pirueta de Diego con un gol de aquellos.<BR/>Yo no era adolescente en el 94, pero cuando supe lo de Diego tuve que esconderme a lagrimear.<BR/>Una curiosidad que muestra cómo quedamos después de aquello: Dos días después de la eliminación con Rumania, estaba dando clase en la Escuela Técnica. Se escuchaba que fuera del salón el vice vociferaba algo incomprensible. De pronto se abrió la puerta, entró el susodicho sin decir agua va y nos largó un ¡¡parece que todo el equipo rumano estaba dopado, el partido se juega de nuevo!!<BR/>Algunos chicos se agarraban la cabeza, un par lloraban, los demás entraron a gritar desaforadamente como toda la escuela. Yo me senté en mi silla sospechando lo peor. No me gasto en describir el resto, todavía me duele...el osohttps://www.blogger.com/profile/08184677511353865730noreply@blogger.com