lunes, 18 de agosto de 2008

Visitantes

Sabía que vendrían, que las profecías de todos los tiempos anunciaban su quizás pronta llegada. Y llegaron ahora, en mi tiempo, en mi historia y soy testigo de este acontecimiento fundante que cambiará nuestro devenir para siempre: Existe vida –y vida inteligente- en otros lugares del universo y no sólo eso. Están aquí. Frente a mí se podría decir.
Creerán que no los conocemos, pero no es así. Años interminables estudiando los mensajes que enviaron al espacio, quizás a nosotros, quizás a todo aquel que quisiera tomar contacto con ellos, con su civilización.
Aprendimos, aprendí, a inteligir los códigos con los que intentaron comunicarse con nosotros. Supe coordinar las acciones para que científicos y tecnólogos los guiaran a nuestro mundo, un poco en secreto, un poco a voces.
Y aquí estoy, me siento salir de mí mismo, me han elegido como interlocutor gracias a la calidad de mis trabajos de decodificación y esto me honra, pero me llena de un extraño estupor. Tengo miedo y euforia, parecen pacíficos, pero quién sabe. Al fin de cuentas seré testigo y protagonista del acontecimiento más grande de la historia, el contacto directo con seres venidos de otros mundos.
¿Cuál será su saludo? ¿Será un saludo? ¿Cómo responderé? Pasé el último tiempo ensayando frases de protocolo y sé que me va la vida en ello. Lingüistas, sabios de todas las ciencias apoyándome para conseguir una comunicación satisfactoria. Por sus mensajes llegamos a la conclusión de que son pacíficos, que los mueve sólo el interés por dar a conocer su cultura y asegurarse de que no están solos.

La nave ya descendió. Un ajetreo interminable de artefactos y sistemas de seguridad, de luces y pasillos sellados eriza mi piel y me tensa indescriptiblemente. Las compuestas se abren, la metálica voz de una computadora anuncia que los sistemas de seguridad están en óptimo estado y no debemos temer por nada.
Me adelanto unos pasos en el amplio pasillo, para dar a entender que soy el interlocutor y los demás, aunque armados, sólo me acompañan.
La portezuela de la nave empieza a abrirse y la luz interna me enceguece, titubeo, pero sólo en mi interior, debo ser un emisario firme y decidido y así me muestro. Comienzan a salir, son varios, la tensión no me permite contarlos. Sé que estamos separados por sutiles paredes que generan la atmósfera vital para los visitantes, aunque ellos no sé si lo notarán.
Mi mente descifra rápidamente la imagen visual que percibo. Son sencillamente horribles. Gruesos, con protuberancias extrañas. Los hay de dos sexos seguramente, por sus formas debajo de los trajes ajustados. Los más tienen matas que brotan de sus cabezas demasiado pequeñas. Los ojos, o lo que parecen serlo, también son muy pequeños, tal vez la cuarta parte de los nuestros. Me tranquiliza mucho su estructura, tienen dos brazos y dos piernas, aunque de un grosor que parece por lo menos del doble de los míos. Sinceramente no entiendo cómo las mismas leyes naturales consiguieron generar en otro punto estos seres de ridículas proporciones.
Diluyo estos pensamientos a la hora de establecer comunicación y me concentro y dispongo a ello. Uno de ellos se adelanta, como yo. Hace un gesto que debo interpretar como amistoso. Me sobresalto cuando abre su boca enorme, carnosa. Va a comunicarse. Los sistemas de comunicación de todo mi mundo están atentos, semiólogos, criptógrafos, expertos en lenguas poco conocidas, matemáticos y un sin fin de científicos en una febril espera interminable.
Por fin articula: Mi nombre es Eva. Nuestro planeta es, era –se corrige- la Tierra, del astro Sol en el que llamamos brazo Orión de la galaxia Vía Láctea, pero ya no existe.

3 comentarios:

Netomancia dijo...

Imaginando el futuro, no muy imposible, mucho menos lejano. Limosneando en el universo, a causa de no saber cuidar lo que uno tiene. Ojalá no suceda, ojalá nos demos cuenta a tiempo.
Bravo don Oso!
¿Su pupilo cuando arranca?

Anónimo dijo...

joder!!!
como son las cosas amigo oso, actualmente estoy leyendo las crónicas marcianas de ray bradbury, no hace mucho ví poe enésima vez blade runner; ahora entro por acá y te leo imaginando un futuro tan cierto como el presente que nos rodea, en un futuro cyber punk dónde todo valdría nada, me llevaría estas letras tuyas para advertirles de lo que están haciendo...
esperemos que no sea necesario...
abrazos!

Anónimo dijo...

aplausos!!!
mucho suspenso, emoción, expectación!
naturalmente o no, hay un ciclo para todo y para todos. la muerte sabemos que es ley en todo el universo, así como la vida. aunque no estaría nada mal dominar el tejido del espacio-tiempo utilizando "agujeros de gusano" y de paso darle un gustito al fantasma de Einstein.

Abrazos universales!
:)