domingo, 9 de mayo de 2010

De tumbas y flores

Decían las malas lenguas que fue por culpa del vino. No hay quien no metiera en el asunto a la hermana, que siempre anduvo por caminos difíciles. A él se lo veía últimamente andrajoso, de aquí para allá, sin destino cierto.
El día que todos dejaron de verlo, sin embargo no se percataron de ello. No fue hasta que unos días después aparecieron unos policías con una foto preguntando si alguien lo reconocía. Claro, era casi imposible reconocerlo en ese estado, todo desfigurado.
Pero había señales inequívocas, como la cicatriz arriba de la ceja izquierda y el lunar enorme en el mentón. Si, era él. La policía se quedó conforme y se fue. Y la gente empezó a tejer historias.
Nadie investigó la verdad, ni siquiera la policía. Lo único que querían era un NN menos.
No había motivos para acordarse de esa persona y entonces el polvo fue cubriendo la verdad con finas capas de otras verdades y muchas mentiras.
Las palabras hilvanadas para rellenar los huecos de una historia que a nadie le importaba se transformaron en tumba, a la que nadie por supuesto, visitaba, más bien dejaron en el olvido.
Me queda una pregunta, pensando en este hecho. ¿Cuántas tumbas tiene el hombre en su honor? Aquella donde lo entierran. Aquella en la que realmente yacen sus restos. La que queda en la memoria de los que lo recuerdan, si uno tiene la suerte. Y aquella que erigen los que no saben, pero hablan. ¿Cuántas tumbas tiene el hombre? Muchas, sin dudas.
¿Cuántos son los que le llevan flores? No es una cifra la respuesta. Porque si las flores son como esas palabras utilizadas para llenar vacíos, mejor es no llevar nada.

17 comentarios:

SIL dijo...

Che, esta veta filosófica, hermano, esta pincelada poética, está brillando cada vez con más fuerza en tus textos.

La única tumba que tienen los hombres en su honor (yo opino)- salvo las mudas y pétreas construcciones faraónicas del pasado- ES EL RECUERDO ACUÑADO en el alma de aquellos que los amaron.


Abrazo inmenso, Netuzz.

SIL

Netomancia dijo...

Deje de comentar ud y vaya a tomar el colectivo he dicho, que la gente del Taller Literario Kapasulino la esperan para hoy.

SIL dijo...

Pero, deje de decirme lo que tengo que hacer que en teoría su hermana mayor soy yo :P
Y para éso, además ,ya está Ana !!
:DDDDDD

Besoooooooo

Sandra Pasquini dijo...

Muy buena reflexión Neto.
El verdadero homenaje, la tumba que nos recuerda,creo,que ha de ser la de la siembra que dejamos, en cada circunstancia vivida que compartimos con otro, sea quien sea.
Ese algo que nos hace tener al otro siempre presente, aquello que tal vez sin siquiera pretenderlo nos enseñó.
La tumba como homenaje, creo que está dada, por la pequeña porción nuestra que dejamos en el alma de otra persona cuando transitamos por su vida, no importa cuanto tiempo.
No son los cargos,las posesiones, ni los honores obtenidos o comprados, no son las adulaciones ni las obsecuencias las que nos harán que, no nos extingamos definitivamente, cuando las convenciones sociales nos pongan sobre la cabeza una bonita lápida.
... También hay tumbas que jamás se cierran.
Un abrazo

Con tinta violeta dijo...

Ché, querido, nos dejaste sin respiración...al menos a mí, que no me esperaba este ejercicio reflexivo. La verdad es que en lo que todos coincidimos es que cuando uno muere, queda en el corazón de los demás, en sus recuerdos...el lugar físico no tiene ninguna importancia. Ni creo que el que murió venga a reclamar por el homenaje mas grande o mas chico. Eso lo hacemos los que quedamos...
Creo que es mas importante pensar en lo que podemos hacer con quienes están con nosotros ahora, que aun estamos a tiempo...
Besos y felicidades, es un texto como para tener muchos comentarios...
¡Carpe diem!

Netomancia dijo...

Gracias Sil por tus palabras, ya te había contestado, pero en broma ja. Saludos!

Sandra, bien dicho, las convenciones sociales y sus formas de proceder, según la época, el lugar, las creencias. Pero qué es verdaderamente una tumba sino un sitio donde en teoría un cuerpo tendría que descansar en paz. Sin embargo, la paz no existe, ni en vida ni en muerte. Sobre todo en las tumbas que no se cierran. Saludos!

Doña Tinta, le voy a ser sinceró, empezó para relato y terminó en reflexión. Los riesgos de escribir sin alguna idea en particular. Coincido con lo que dice, aprovechar a los que tenemos, ahora, en este momento y no esperar a alimentar una tumba que debería estar en silencio y en paz. Saludos!

Ariel Fabián Gómez dijo...

Sombras en el Jardín

¿Quién hubiera dicho
que las sombras estaban tan cerca?
Que los vampiros danzaban
acechando nuestros días,
ocultos en la noche que avanzaba.

Si al menos un presagio,
un mínimo augurio,
nos hubiera puesto sobre aviso.
Si al menos los primeros gritos
hubieran dado un alerta.

El horror llego temprano,
de tal forma y suerte
que se nos oscurecieron los años
y el ánimo se nos drenó
a un pozo de asfixia.

Las flores se secaron en los jardines,
deshaciéndose en la soledad de entonces.
Pobres flores nuestras
muriendo tan cerca y, a la vez, tan lejos.
¿Qué hora cruel y exacta segó sus destinos?

En esta tímida alborada de hoy
yacen muchas tumbas sin flores.
Más, fatal designio,
hay miles de flores
en busca de tumbas.

(Lo escribí hace tiempo y tu texto me lo recordó. Un placer leerte. Saludos. Ariel Gómez)

Netomancia dijo...

Ariel, cómo estás! Qué alegría verte por aquí. Muy buen texto el tuyo! Felicitaciones. Y gracias por el aporte, realmente es maravilloso.

Felipe R. Avila dijo...

Si hay tumbas que son virtuales, porque son esas donde alguien recuerda al muerto, permítame neto decirle que entonces, en ese instante del recuerdo, están llegando también esas flores de las que usted preguntaba.Y esas llegan a la tumba, le aseguro.

Netomancia dijo...

El recuerdo, coincido Felipe, es la verdadera tumba, al menos de la persona, de sus hechos. Y la misma desaparece cuando todos aquellos que lo recordaban, ya dejan también de existir.

Netomancia dijo...

Ah, Felipe, me olvidaba: Feliz cumpleaños!

Annie dijo...

Che qué placer!!!

Perdón por no comentar siempre, pero vos sabés que te admiro mucho. Además repito siempre lo mismo, sos un genio Netito.

Tenés inteligencia y sabiduría para hacer dulce, vos seguí escribiendo, lo demás ya va a llegar por algún costado, casi sin que te des cuenta!!!

Promesa de Bruja.

Besotessssss

:D

Annie dijo...

Ahh y coincido con vos, muchas tumbas.
Yo diría tantas como el número de gente que lo haya amado...

Netomancia dijo...

Hola perdida, digo doña Annie!!! Muchas gracias por el comentario! Siempre me decís que lees, así que están disculpada ja.
Gracias por pasar y por tus palabras!

Anónimo dijo...

cuántas flores y tumbas olvidadas en nuestras vidas, cuántas historias sin homenajes y cuántos homenajes en vano!!!
Loca vida esta que olvida todo y mira para el lado que mejor le conviene...
genial Netito!

el oso dijo...

A veces cavamos la tumba de otros y hacemos lo posible para que se recuerde para denostar a algún personaje. También es una forma de matar lo muerto.
Pero coincido con ud, querido Neto, que a veces es mejor no llevar nada.
Abrazo

Netomancia dijo...

Diego, que buena oración "cuántas historias sin homenajes y cuántos homenajes en vano". Un cierre perfecto para este texto! Gracias! Un abrazo!

Don Oso, que hoy inscribioso! Ja. Ud me entiende. A veces es mejor no llevar nada, seguro que si. A veces es mejor pensar que el homenaje va por dentro. Un abrazo!