lunes, 10 de enero de 2011

La morocha

La veía pasar todas las mañanas, delante de su panadería. Atrevida, singular, ese andar desprolijo y a la vez tan sensual. Era la morocha, la que hasta en sueños lo hacía delirar.
Iba ella desentendida, meneando la cadera, de aquí para allá. Y el panadero, nada santo, ni siquiera el pan podía pesar. Las señoras lo miraban con mala cara, pero el ni se inmutaba, mirando a la morocha infernal.
Una mañana no pudo más y en la puerta la esperó. Venía la morocha ligera, con paso veloz. Poca ropa, mucho brillo, rubí en los labios y un aura alrededor. No dudó el panadero, en ofrecerle lo mejor, sacando de repente de la bolsa un vigilante y un alfajor.
Enorme fue el susto y más grande la manera en que lo reprendió. Qué no tolera los vigilantes y que es muy chico el alfajor. Bofetada mediante, la morochá siguió. Y el avergonzado panadero a su mostrador regresó, con la mejilla colorada y la líbido a la altura del trapeador.
Desde entonces las vecinas lo saludan al pasar, mano en alto a través del ventanal. Siguen de largo un par de cuadras más, donde ahora van a comprar. A lo de la morocha Zardán, donde es más barato hasta el pan.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

jaja morocha del infierno!!! una buena vendedora, astuta y bonita... jaja
salute!

SIL dijo...

¡Pero qué buena estrategia, mi negra!

:D

Esta prosa rima.
Y los versos escritos de corrido suenan magnífico.

Un abrazo Netito.
Podés con todo, y encima, bien.

SIL

Con tinta violeta dijo...

¿Prosa con rima asonante? Vaya, vaya Neto...casi parece la temática adecuada para una canción, ja!
Me gustan las historias sobre damas que no se dejan avasallar.
Abrazos!!!

mariarosa dijo...

Que morocha traicionera. Muy simpatica la historia.

Saluditos.

(¿Cómo haces para escribir tanto y bien?)

mariarosa

Netomancia dijo...

Me alegra que les haya gustado!! Ojo con las morochas, son las más peligrosas!!!

el oso dijo...

Ja! Pobre panadero, ni siquiera un vigilante a la altura de las circunstancias...