sábado, 3 de marzo de 2012

Alquimia del dolor

Sobre las teclas del piano las manos van y vienen, mientras los dedos caen en pinceladas que despiertan sonidos armónicos arrancados al silencio, a la habitación vacía, tan solo ocupada por él, ese cuerpo en pena, que encorvado sobre los dientes blancos y negros del colosal instrumento destierran al olvido los dolores del pasado.
Eso en realidad desea, anhela, casi como una súplica, pero sin darse cuenta lo único que está logrando es un principio de la alquimia, transformando las heridas en notas, los crudos recuerdos en melodías que ahora envuelven la sala, recorren los rincones y penetran en sus oídos, regresando consigo el ayer que quería olvidar.
Y de esa manera descubre algo más, una revelación que lo asfixia, lo deja sin consuelo: el dolor no tiene final. Partitura eterna de la vida, ni siquiera muere en la muerte. Se transmuta, escapa, vuela, sin que nadie sepa donde irá a detenerse la próxima vez.

4 comentarios:

Maga h dijo...

Será eterna música, como el dolor que lo inspira.

Fuerte!

SIL dijo...

Como el arte,como la poesía, que tiene ese don eterno de transformar en oro la piedra.


Abrazo grande.


SIL

Tuky dijo...

Permítame la licencia Sir Neto, pero me quedé pensando "sin darse cuenta lo único que está logrando es un principio de la alquimia, transformar las heridas en notas"

transformar las heridas en notas, me encantó!

Netomancia dijo...

Doña Magah, solo la sordera evitará que prosiga. Gracias! Saludos!

Doña Sil, muy cierto, esas son alquimias también! Gracias! Saludos!

Doña Tuky, licencia permitida. Me alegra que le encante. Gracias! Saludos!