Nicanor era muy bueno escribiendo, pero renegaba de las ideas que se le ocurrían. Empleaba semanas en borradores que luego descartaba, porque el tema no lo convencía o bien, llegaba al último capítulo de una novela y desistía de proseguir, porque consideraba que la trama no era aceptable.
Estuvo en contacto con varias editoriales, que estuvieron a punto de publicarlo en numerosas ocasiones, pero jamás llegó a redactarse contrato alguno. Los editores se mostraban entusiasmados con las sinopsis, razón por la que no entendían las razones que llevaban posteriormente al escritor a abandonar la historia.
Al momento de fallecer, Nicanor no había terminado ningún cuento, poesía o novela. Todas sus obras quedaron inconclusas y archivadas. Tras su deceso, llegó la duda. ¿Había muerto un escritor o un casi escritor?
El debate continua hasta el presente en los ámbitos académicos.
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2 comentarios:
ja,ja...me encanta el humor que destila...él no terminaba nada...y los académicos al parecer tampoco, juas!
Besos!
Había muerto un escritor que no creía en él...
Abrazo, Netito.
SIL
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