miércoles, 4 de febrero de 2009

La decisión

El huevo rodó por la mesada de granito hasta el borde mismo. Luego quedó a merced de la gravedad. Cayó sin prisa. No iba muy lejos.
Se estrelló contra el piso, quebrando la fragilidad de su cáscara, desparramando clara y yema por doquier.
Tras el crash doloroso, el silencio póstumo de una cocina vacía. Ni siquiera la presencia de la desatenta ama de casa para limpiar los rastros del crimen.
El suicidio se había perpetrado. Y nadie había podido impedirlo.

6 comentarios:

el oso dijo...

El suicido le costó un huevo, dicen por acá...
Me encanta la contundencia de sus relatos breves, don Neto.

nina dijo...

Jajajaja, ¡qué comentario a tono el anterior!
Mirá las cosas que me pierdo por escaparle a la cocina...
¡Salud!
Nina

ONU dijo...

hola muchas gracias por visitarme y el coment, entonces todos corremos el riesgo de ese pobre huevo, saludos.

Anónimo dijo...

cuando el relato es preciso, cuando la bala atraviesa la mente del lector, no cabe duda que uno está leyendo las letras del inigualable neto!

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

pues si nadie pudo impedirlo es que le llego su hora. Aunque por huevos no se pudo impedir je.(el que lo narra no lo impidio je)
Besos y amor
je

SIL dijo...

ME ENCANTÓ.
PASO POR ALTO EL COMENTARIO DE DON OSO.(TE QUIERO, DON OSO)
ME ENCANTÓ.
ME REITERO.
UN BESO.