El cartel prácticamente lo gritaba en el rostro:
"Última semana, liquidación total"
Los precios eran increíbles. Se mordió los labios. Su mujer se iba a enfadar, pero quién sabe al precio que lo encontraría en un futuro. Sacó su billetera y observó que su tarjeta de crédito estaba allí. Con determinación entró y eligió uno hecho en caoba.
Feliz, siguió camino a su casa. ¿Le diría a su esposa o esperaría la ocasión adecuada? Estaba con esa duda cuando lo atropelló el taxi.
Lo estrenó esa mismo día. Y la verdad que lo pagó a buen precio.
Ahora solo hay palomas (audio cuento)
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Ahora solo hay palomas, en formato audio cuento.
Hace 3 semanas
1 comentario:
Neto te estás esmerando, jaja.
Me recontraencantó éste.
R.I.P.
Abrazo
SIL
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