Qué tremendo ese instante en que nuestra mente se hace la pregunta que no esperábamos pero que de alguna manera, tanto temíamos. Ese momento en que nos asalta el interrogante breve pero certero, que nos desestabiliza como un terremoto, cuando nos formulamos el ¿Quién soy? ¿Qué se puede esperar de mí? Pero Adrián, en lugar de amilanarse, sacó pecho. Miró hacia un lado y otro, cruzó la calle y se metió en un cyber. Los existencialistas tienen dudas. Adrián sabía que podía contar con Google.
miércoles, 29 de enero de 2014
Crisis existencial
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
¡ Las veces que lo habré tecleado...!
Abrazo, Netito.
Efectivamente pueden encontrarse respuestas. Incluso preguntas.
Tal vez yo haya brindado ambas.
Pero es más interesante encontrarse virtualmente con SIL.
Publicar un comentario