lunes, 15 de agosto de 2011

La decisión

El hombre se sirvió otro trago y dejó la botella lo más lejos que le dio el brazo.
- Es el último - anunció.
Luego sacó del bolsillo interior de la campera un fajo de billetes. Los contó uno por uno, ante la mirada del otro hombre en la habitación.
- Puede confiar en que aquí está todo - dijo, mientras seguía pasando un billete tras otro en sus manos - No es mucho lo que me ha pedido para matarla. Ahora que hemos sellado el pacto, le aseguro que si me pedía más, se lo pagaba igual.
El otro hombre no se inmutó.
- Verá - prosiguió el que tenía los billetes en la mano - usted sin dudas está acostumbrado a esto, pero uno, que tiene que tomar la determinación, no sabe que hacer. Estos días pensaba si era necesario y repasé cada cosa y supe que si, que era la única forma. Pero tomar la decisión, mire que cuesta. Sin embargo, es la culpable de todo. Es quién la trae, la que me hace enojar, la que me destruye por dentro, la que me reprocha sin parar hasta en sueños, la que me señala como culpable. Si señor, ella merece morir. Mi mente debe morir.
Le entregó el dinero. El hombre que estaba en silencio lo recibió y guardó en el saco. Buscó su maletín y sacó una .45 con silenciador. Observó que todo estuviera en orden en su arma y la llevó hasta la cabeza de su empleador temporal, que ya tenía los ojos cerrados y bebía aquel último vaso de whisky.
Una sola articulación de sus dedos justificó la paga.

9 comentarios:

SIL dijo...

Suicidio por encargo.

Cambió el rumbo del texto en la última vuelta.
Es terrible tener que rendirnos ante nosotros mismos, y matarnos para no enfrentarnos.

Un beso =)


SIL

Con tinta violeta dijo...

wow! Coincido con Doña SIL: ¡cuantas cosas no seremos capaces de realizar para no enfrentarnos a nosotros mismos. Bien planteado y resuelto.
Besos!

Netomancia dijo...

Doña Sil, el ser humano es capaz de todo. Pero para que eso no suceda, solo hace falta una voz que lo oriente. :)
Muchas gracias!!!! Saludo inmenso.

Doña Tinta, pufff, no tiene ni idea, nadie en realidad la debe tener, no?. Muchas gracias!!! Saludos!!!!

Felipe R. Avila dijo...

¡Muy pero muy bueno!

Si me permitis, yo lo sacaría de donde está a este renglón:
"Si señor, ella merece morir. Mi mente debe morir",
y lo pondría luego de la frase del whisky. El final quedaría entonces así:
"...de su empleador temporal, que ya tenía los ojos cerrados y bebía aquel último vaso de whisky.Si señor, ella merece morir. Mi mente debe morir.
Una sola articulación de sus dedos justificó la paga".
(La última línea quedaría tal cual, cerrando magistralmente).

Che, ¿te parece?¿cómo?
¿Qué me vaya a la m...?
¿Adónde?

Netomancia dijo...

Felipe querido, podría ser, pero cambia la forma, ya que la imagen del empleador termina allí, ya no vuelve a aparecer en escena; el final del relato es para el misterioso hombre sentado a su lado,, en un párrafo que le pertenece en acción y protagonismo, y en cuál se devela su razón en la habitación.
Un abrazo!

gamar dijo...

No entendí.






No es cierto, pero perdimos con un gol el tercerminutodelalargue y me quería desquitar molestando a alguien.

Netomancia dijo...

Ja, rojo el hombre. Y bueno, esa decisión, como la del protagonista, ya está tomada. No hay vuelta atrás, a sufrir se ha dicho!
Un abrazo.

Uno De Barba dijo...

Mmm estupendo! me mantuvo engañado hasta el final. Lo disfruté mucho, una vuelta de tuerca excelente.

Felicitaciones.

Netomancia dijo...

Gracias Escritor!!!
Un abrazo.