martes, 20 de noviembre de 2012

Sol mediante



Trazó su dedo en la arena, formando un nombre cualquiera. Luego levantó la mirada y eligió una mujer al azar de todas las que habitaban la playa. Sacó del bolsillo trasero de su short de baño un fósforo húmedo y lo arrojó al aire. En ese preciso momento, la mujer empezó a sentirse enamorada de un tal Ramón, que le había pagado con billetes nuevos para salir de su soledad. El brujo, en tanto, se alejaba camino al casino para proseguir sus vacaciones. Bastante recreo se había tomado ya, despuntando el vicio de siempre.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Pan Dulce de Navidad

Si algo le gustaba de la cercanía de Navidad, era que podía elegir entre decenas de marcas de pan dulce. Con frutas, sin frutas, con chocolate, frutas secas, marmolado, con nueces, con almendras, con pasas de uva, tipo pannetone, grandes, chicos, artesanales, con baño glaseado encima, en lata, en caja de cartón. La variedad era infinita. El momento de pararse delante de la góndola del supermercado para optar por uno o cuando aguardaba el turno en la panadería, sin dejar de mirar las distintas clases en los exhibidores, era su preferido. Esa adrenalina cargándose en su cuerpo, esperando por el momento en que diría "deme un pan dulce con...". Esa instancia previa a comprarlo y meterlo en el bolso. Aquello le fascinaba. Por eso agradecía la cercanía de las fiestas.
- ¿Se lo envuelvo para regalo? - dijo la cajera del comercio al observar que se llevaba la "Edición Deluxe" de la marca más cara del mercado.
El hombre la miró distraído, aún ensimismado en sus pensamientos. Cuando se percató de lo que le hablaba, respondió sin vueltas.
- No te preocupes, lo llevo así nomás, total no me gusta.
Y con aire de persona realizada, salió a la calle, feliz con su compra cuyo destino inevitablemente era el cobertizo de su casa, donde amontonaba todo pan dulce que pudiera. El mal olor que lo invadía cada vez que abría la puerta no lo intimidaba. Era una razón más que alimentaba su afán de vengar su infancia: ¡No mamá, no me gusta el pan dulce, no mamá, no me obligues!
Sentía que con su compra, ayudaría al menos a una persona a no sufrir.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Liquidación

El cartel prácticamente lo gritaba en el rostro:
"Última semana, liquidación total"
Los precios eran increíbles. Se mordió los labios. Su mujer se iba a enfadar, pero quién sabe al precio que lo encontraría en un futuro. Sacó su billetera y observó que su tarjeta de crédito estaba allí. Con determinación entró y eligió uno hecho en caoba.
Feliz, siguió camino a su casa. ¿Le diría a su esposa o esperaría la ocasión adecuada? Estaba con esa duda cuando lo atropelló el taxi.
Lo estrenó esa mismo día. Y la verdad que lo pagó a buen precio.