Corrieron bajo la luz de las estrellas, con el aliento entrecortado y los pechos inflados de agitación.
Bajaron por la colina, creyendo que nadie los había visto. A sus espaldas, una luz enfermiza inundaba el cielo. Los matices naranjas, rojos y amarillos, crepitaban a la distancia.
Al escuchar las sirenas, pensaron que la policía los estaba buscando. Pero a lo lejos, entre los árboles en llamas, divisaron el coche de los bomberos. Aún quedaba la esperanza de un milagro.
De todos modos, siguieron corriendo. No pensaban detenerse. Tan solo había sido un pequeño fuego para calentar la comida, tan solo eso...
Carlitos
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Con once años son otros los horrores, efectivamente.
Jugar a las escondidas se podría considerar casi normal una tarde de
primavera; jugar en grupo, en la...
Hace 4 semanas
6 comentarios:
Vaya...¿y no se les ocurrió quedarse para ayudar ya que por accidente lo habían provocado? En fin...lo mejor es ir al monte con un buen cargamento de sangúches, :), :), :)
Besos!!!
Una travesura con daño colateral.
Un beso grande
SIL
Doña Tinta, eran jóvenes, no sabían lo que hacían... ja. Gracias! Saludos!
Doña Sil, se les fue la mano en la llama. Gracias! Saludo grande!
una travesura que puede terminar en tragedia¡
veridìco relato.
besos
¡Hola, misterioso hombre sin nombre de escorpio!! gracias por visitarme y seguirme. Visité tus blogs y tus textos ¡muy buenos! felicitaciones. Nos seguiremos de cerca. Abrazo enorme, desde Montevideo.
Doña Norma, muchas gracias por pasar y comentar!!! Saludos!
Doña Ana, no tan misterioso, me presento, me llamo Ernesto. En este blog hay varios más, pero están desaparecidos en acción. Gracias por la visita! Saludos!!
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