El movimiento circular de sus manos arrojadas al aire fue una danza mínima pero sumamente expresiva. Las piernas acompañaban aquel ligero desplazamiento, con una sincronía de sutil encanto.
Se detuvo con los pies muy juntos, en el momento exacto que la música cesó de fluir desde el equipo de sonido. Cerró los ojos y preparó sus oídos. Soñó entonces con el aluvión de aplausos, de vítores de gloria y felicitaciones. Sintió como la piel se le erizaba de emoción, mientras su cuerpo se agitaba por el llanto a punto de explotar.
Al abrir los ojos, vio la pared de su pieza, la mesa de luz con la lámpara en forma de conejo, la cama destendida con las sábanas tocando el piso y un par de zapatitos negros a un costado. No había público aplaudiendo, ni nadie celebrando su actuación.
Pero no le importaba, algún día sucedería. Algún día en otra vida. Se volvió a sentar en su silla de ruedas y permaneció allí, a la espera del regreso de su madre que había ido por más medicamentos a la farmacia de la esquina.
Carlitos
-
Con once años son otros los horrores, efectivamente.
Jugar a las escondidas se podría considerar casi normal una tarde de
primavera; jugar en grupo, en la...
Hace 4 semanas
7 comentarios:
Los sueños nos permiten volar sin alas, Neto.
:D
Un abrazo grande.
SIL
Emocionante.
¡que sería de todos sin una ilusión que nos mantenga vivos!
Besos!
cambio "mantenga" por "mantuviera". Está mejor expresado.
Abrazos mil.
Movilizador. Casi con un optimismo insano y necesario.
Saludos
menos mal que aún soñamos!!!!
¡Excelente, conmovedor!
Increíblemente me identifique con el sentimiento cuano ella esta soñando despierta, con el escenario los aplausos y el bailar con la melodía.
Publicar un comentario