lunes, 17 de septiembre de 2012

El arduo camino del ascenso laboral

Aspiraba el ascenso desde hacía un par de años. El cargo de "jefe" era su meta y al fin lo habían llamado para una entrevista. Razón suficiente para que sintiera una extraña sensación de vértigo en su estómago y tuviese la frente perlada en sudor. La espera en el pasillo de la gerencia había sido devastadora, temía que los nervios le jugaran una mala pasada frente al gerente y durante todo el tiempo se imaginó echando a perder la oportunidad de las formas más ridículas. Al abrirse la puerta y escuchar su apellido todo miedo se disipó.
Se ubicó en una silla vacía, en tanto la figura imponente del otro lado del escritorio lo ignoraba mientras firmaba varios cheques que luego guardó en uno de los cajones. Una vez que terminó con la operatoria, puso su atención en la persona que tenía delante.
- Para el cargo de jefe se necesitan requisitos ineludibles - le advirtió con voz ronca pero segura.
El hombre se revolvió en su asiento, sin poder discernir si aquello era una pregunta o solo la introducción a la entrevista. Decidió aguardar en silencio.
El gerente buscó en otro cajón una carpeta, de la que luego extrajo un formulario.
- Veamos - dijo, mirando al entrevistado a los ojos - Le voy a hacer unas preguntas para poder determinar si es la persona indicada para el puesto.
Se limitó a asentir con la cabeza, al tiempo que silenciaba un carraspeo que quería incomodarlo en aquel crucial momento.
- ¿Sabe usar una planilla de cálculo? - fue la primer pregunta.
- Si, claro. Es decir, sumas, restas, esas cosas.
- ¿Y si se le pide una planilla de mayor complejidad?
- Bueno, le ordenaría a alguien que lo hiciera.
- Muy bien, muy bien. Dígame ¿si alguna persona bajo su responsabilidad cumple bien con su tarea, cómo debería felicitarlo?
- No debo, para eso se le paga. 
- Bien, muy bien. Ahora el caso contrario, una persona bajo su responsabilidad comete una imprudencia y el sector no alcanza un objetivo por su culpa. ¿Cómo procede?
- Con una reprimenda ejemplar, para que todos aprendan la lección.
- ¿Si alguien le reclama un aumento o beneficio?
- Lo ignoro.
- ¿En caso de reclamo colectivo, es decir, de varias personas?
- Fácil, les recuerdo toda la gente sin trabajo que mataría por ocupar sus lugares.
- Finalmente, ¿Buscaminas, Solitario o Carta Blanca?
- Buscaminas, toda la vida.
- Felicitaciones, el puesto en suyo.


3 comentarios:

Con tinta violeta dijo...

Desgraciadamente es mas habitual de lo que nos creemos.
Felicidades!
Abrazos!

José A. García dijo...

Más o menos así, estoy seguro que fue la entrevista de trabajo de mi jefa...

Saludos

J.

SIL dijo...

Verdad irrefutable.
El texto espeja la REALIDAD.


Un abrazo, Netito.


SIL