Despertó sobresaltado, con escarcha en los brazos. Había soñado otra vez con sus padres vivos. Reprimió el estremecimiento y se sintió cómodo al saberse bajo su lápida. El fantasma volvió a sumirse en el descanso, que lejos estaba de ser eterno.
Carlitos
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Con once años son otros los horrores, efectivamente.
Jugar a las escondidas se podría considerar casi normal una tarde de
primavera; jugar en grupo, en la...
Hace 4 semanas
3 comentarios:
Uy menos mal que no es eterno...vaya si puede ser aburrido andar sobresaltándose todo el día con antepasados vivos, ja,ja. Que sentidos del humor!
Besos!
Un fantasma con insomnio.
Será algún pariente lejano mío...¿?
Abrazo
SIL
=/
No se puede descansar tranquilo, che!
Ja! Buenísimo, Neto!
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