viernes, 2 de agosto de 2013

Síntomas y caprichos

Más que un síntoma, lo de Benítez se trataba de un capricho. Fiebre un lunes a la mañana, según su mujer, era señal que no quería ir a trabajar. Se pasó el día en cama y el martes amaneció mejor, pero tenía el certificado del médico para faltar un día más.
Antes de acostarse le dijo a su mujer que creía tener fiebre otra vez.
- Estuviste leyendo el diario en el patio, sentado afuera con el frío que hacía, en lugar de hacer reposo.
- Lo hago venir temprano al médico y me pido un par de días más.
- Mirá, si querés, hacelo. Pero yo te vi leyendo el diario en el patio.
Benítez lo hizo, llamó al médico y consiguió dos días más. Su mujer, que era su jefa, terminó por despedirlo.
A la noche, mientras cenaban, él callado, ella mirándolo fijo, el que habló fue el nene, de diez años.
- Papito, no sos boludo por no haberte descuidado estando enfermo. Lo sos por casarte con tu jefa. ¿Mamá, puedo comer otra mila?

4 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

El hijo tiene indicios de salir a su madre, en comportarse como jefe.

SIL dijo...

Pobre tipo, hay errores que se pagan muy caro.
Espero que por lo menos lo indemnice...



Abrazo, Netito.



SIL

José A. García dijo...

Los niños siempre dicen la verdad...

Saludos!

J.

JLO dijo...

son capaces las mujeres de hacer eso jaja... y bue... salu2...