Ella lo miró a él, luego él a ella. Ambos se abandonaron al silencio. Un grillo rasguñaba la noche en algún rincón alejado. Las estrellas eran olvidadas palabras en la oscuridad. Ella se sentó al borde de la cama, se puso la ropa, se calzó y se fue. No dijo adiós ni hizo falta. Él ya lo sabía. No la volvería a ver. Era así siempre. Los fantasmas entraban a su vida con la misma velocidad que se iban. Cerró los ojos y soñó, una vez más, que estaba vivo.
Kami Hikōki (versión canción)
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Hace unos pocos años escribí este haiku, en este mismo blog. Hace un
tiempo, IA mediante, lo convertí en canción.
Aquí, poesía y canción.
Kami Hikōki
Se e...
Hace 2 meses
4 comentarios:
Tiene sentido que sueñe con estar vivo, porque experimenta intimar con una mujer y ser abandonado por ella. Tal como le podría pasar si estuviera vivo. Con la diferencia que las mujeres son fantasmales.
A muchos nos pasa eso, estando vivos.
Alta metáfora este relato, Netito.
Abrazo.
El espectro ese, ¿se tiene que levantar para ir a laburar?
Porque estoy sospechando que me anda biografiando, Neethoven!
Ya lo decía Calderón de la Barca (creo), 'la vida es un sueño...'
Nos falta descubrir quién es el que nos sueña.
Saludos
J.
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