domingo, 1 de diciembre de 2013

La teoría de los colectivos

El transporte público, más precisamente los colectivos, fue siempre un tema de reflexión y análisis para el Dr. Glaugges Mijailovinich, hijo de inmigrantes europeos nacido en un pequeño pueblo santafesino, desde el cuál para moverse a otros puntos, necesitaba imperiosamente de los enormes vehículos de pasajeros.
A lo largo de su vida, experiencias en diversas ciudades, unas más grandes, otras más chicas, fue notando que una ida que cruzaba muy seguido su mente, se iba haciendo cada vez más una teoría a estudiar.
Decidido, trazó hipótesis, proyectó un plan meticuloso y peregrinó durante un lustro con un equipo de científicos a lo largo de distintos puntos del país. Finalmente, la investigación fue éxito. La conclusión, determinante. El mundo se paralizó ante las declaraciones de Mijailovinich: "Hemos demostrado que aquella idea primera, forjada en la bronca, en la insensata espera, era la correcta. Hoy puedo afirmar que los colectivos pasan en contradicción al lugar donde lo estemos esperando. Si queremos ir hacia el norte, pasará el colectivo que va hacia el sur. Si queremos ir al este, pasará el que va al oeste.
Y para demostrarlos, el día de la presentación oficial del libro con los resultados de la investigación, citó a medios de comunicación especializados, a colegas y funcionarios a una parada de ómnibus elegida al azar sobre la ruta que une San Nicolás con Villa Constitución.
- Verán que el colectivo que vinimos a esperar en dirección norte, es decir, hacia Rosario, no pasará. Sino que lo hará el otro, en dirección sur.
Cinco minutos, vieron a lo lejos el armatoste amarillo.
Por supuesto, pasó para el lado correcto.


3 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

La teoria es verosimil. Y se podria agregar que el colectivo que usualmente tarda mucho cuando se lo espera, aumentará su frecuencia en el ocasión en que se espere a otro.

SIL dijo...

Ja! La cotideaneidad te inspira, Netito.

Abrazo.

el oso dijo...

Dígamelo a mí, que necesito precisión absoluta en el transbordo a Santa Fe más de una vez por semana...
Ya creo que Glaugges Mijailovinich es uno de mis seudónimos.
Abrazo!