Carlos se soñó despertando en una realidad donde para iniciar el día, había que poner una contraseña. Pero ponía la clave que creía correcta y unas enormes letras lo rodeaban, indicándole violentamente que el usuario o contraseña era inválido.
Probó dos, tres, cuatro veces. A la quinta, el mensaje fue otro: El día ha sido bloqueado. Y por más que lo intentó, Carlos no pudo salir del sueño y retomar su vida.
Kami Hikōki (versión canción)
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Hace unos pocos años escribí este haiku, en este mismo blog. Hace un
tiempo, IA mediante, lo convertí en canción.
Aquí, poesía y canción.
Kami Hikōki
Se e...
Hace 2 meses
3 comentarios:
Toda una pesadilla. ¿Y quien me convence ahora de que no es verosimil?
Tal vez suceda y no se recuerde, porque no se acceda al recordar.
Ahora entiendo lo que me pasó el otro día!
Abrazo, Neto!
Entiendo a Carlos.
No le acierto a la contraseña últimamente.
Abrazo.
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