lunes, 6 de abril de 2015

Noticia vieja

Se puso a leer el diario y tuvo la inmediata sensación de estar leyendo algo que ya había leído. Efectivamente, al comprobar la fecha, era el día del día anterior. Se imaginó que el kioskero le había dejado por debajo de la puerta el diario de la víspera por error.  Podía pasar. Le dio pereza, pero caminó las dos calles hasta el puestito de su conocido canillita.
- Pedro, me dio el diario de ayer - le dijo riendo, al llegar al puesto.
- ¿El de ayer? A ver... - estiró el brazo y miró la fecha en el papel - No, mire, es la fecha de hoy.
- Pero esto yo lo leí ayer.
- Imposible, es de hoy.
- Hoy es lunes.
- Si, y ahí dice lunes.
- Acá dice domingo.
- Lunes.
- Domingo.
- Fíjese, el título es "Racing define la punta del torneo"
- No, dice "Racing campeón en final apretado"
El hombre hizo silencio. Aquello era imposible.
- Deme otro, que no sea el mismo.
- Aquí tiene éste.
- ¡Ve! También dice domingo.
El kioskero estiró apenas el cuello.
- Lunes - dijo lapidario.
- ¿Cómo puede ser? - preguntó al fin.
- No sé, yo solo los vendo.
- ¿Y ahora?
- Y... si quiere se lo leo. O espere hasta mañana.
Se fue resignado y preocupado. Apenas si pudo concentrarse a lo largo del día. Pensó en pedir turno con su psicólogo, pero no quería apresurarse. Esa noche no pegó un ojo. Lo primero que hizo al día siguiente fue correr al kiosco.  Aún no había salido el sol.
- Pedro... el diario de hoy.
El kioskero lo miró con un gesto de lástima. El hombre se veía sumamente nervioso.
Al mirar el diario, abrió grande los ojos.
- ¡No me diga que otra vez la misma tapa! - dijo Pedro.
- Peor - respondió en un hilo de voz el pobre hombre - Es la del sábado.

1 comentario:

Paul Grill dijo...

El paisano de hurlingan no opinó acá...no debe enteder las paradojas del tiempo! jojojo muy bueno.