martes, 24 de marzo de 2009

El robo

Burló a todos en la joyería. Escapó por el callejón del fondo y se perdió en la esquina. El dueño y la empleada quedaron atónitos.
Atinaron a llamar a la policía, pero ya era tarde.
Detallaron lo ocurrido a los uniformados una y otra vez, pero no les creyeron. Los de azul tomaron apuntes y se fueron. No recorrieron el callejón, no revisaron la caja fuerte ni interrogaron a nadie.
¿Es que no había existido ningún robo, o acaso si? La pregunta rondaba por la cabeza del dueño, iba y venía como una pelota de tenis con el ruido del pique incluido.
Repasaba los hechos. El hombre había entrado, sacado un arma, anunciado en voz alta que le entregaran las almas y tras ello, había huido. ¿Había existido un robo?
No, ya la idea de ser una locura de un demente se trepaba al reino de las certezas.
Sin embargo sentía que algo le habían llevado y aún no comprendía qué...

7 comentarios:

el oso dijo...

No comprendieron que se llevaron su única certeza la del miedo. Y cuando se la llevan, de locos, se duplica...
Abrazos Netos

HUMO dijo...

maravilloso cuento!

=) HUMO

Pato Farina dijo...

Oh! muy lindo che!

Buenisimo!


Saludos...

Silvana Muzzopappa dijo...

El final me dejó con una extraña sensación y con menos aire. ¿Tengo que hacer la denuncia yo también?

De todas formas, creo que fue un precio justo por tan buen cuento.

Saludos,
Shirubana.

Taller Literario Kapasulino dijo...

ESPECTACULAR! No esperaba ese final! Increible...

SIL dijo...

El Señor Oscuro seguro robó sus almas.-
Siento un vacío muy profundo a veces...debiera revisar dónde fue a parar mi espíritu...
MUY BUENO.
ABRAZOS.

Paul Grill dijo...

Yo lo vi al ladron ese...era Shang Tsung!!!