- No se inquiete, monsieur Foucault, que no lo voy a insertar en ningún orificio del cuerpo de su señora esposa.
- Más vale que así sea, doctor, de lo contrario seré yo quien haga estragos con usted y ese aparatito.
- Tranquilo, he llamado estetoscopio a este artilugio de mi invención que tiene la virtud de poder auscultar los latidos del corazón sin humillar el recato de las damas.
- Muy ingenioso, se ve que la ligó por andar oyendo corazones a oreja pelada...
- Y... avatares de la medicina. A propósito, ¿qué nombre le va a poner a este luminoso bebé?
- Jean-Bernard-Léon Foucault.
- Ah, sencillito.
- Muy chistoso. ¿Usted cómo se llama, doc?
- Emmm, René Théophile Hyacinthe Laënnec, pero me dicen Rana.
- ¡Ja! Éste será León, a secas.
1830: -¡Maaaaaaaaaaaa!
- Leoncito, enfant terrible, debes llamarme Mère.
- Ufa, Mère, ¡quiero ir a la escuela!
- No te hace falta, Leoncito, con tu padre te daremos toda la educación que necesites para sobrevivir en esta Francia convulsiva.- Ah... ¿convulsiva? ¿Y eso?
- Oh, nada, cuando estudies medicina, aprenderás.- Grap... ¿medicina?
- Sí, ¡aller! vete a ayudar a tu padre que está enredado en cientos de folios.Entre 1835 y 1840: - ¡Maaaaaaaaaaa!
- Leoncito, garçon terrible...
- ¡Ya no uso pañales, Mère..! Debes saber que Père me consiguió un lugar como ayudante del gran doctor Donné.
- ¡Bonnes nouvelles! Serás médico como el gran Alfred Donné...- No, Mère, siento desilusionarte, seré físico.
- ¿Físico? ¿Físicoculturista?- No, Mère, físico como Descartes, Pascal, Laplace, Lagrange y el eléctrico Ampère, que en paz descanse.
- ¿Murió Ampère? - Me lo dijo el doctor Donné. Y también me dijo que escasean sucesores...
- Francia ha dado grandes científicos ya. Hacen falta médicos. ¿Cómo es que se te ha ocurrido eso de ser físico?- El laboratorio del doctor Donné me ha inspirado. Según él, desde que Volta inventó la pila en 1800, no han parado de suscitarse nuevas aplicaciones de la electricidad y nuevos descubrimientos. Hay mucho por conocer y muy pocos que se atreven a desafiar los escritos de Newton. ¡Lo consideran un dios!
- Hay que estar más loco que tú, mi hijo, para divinizar a un inglés...- Será un genio, pero no infalible.
- Ay, si mi Leoncito venciera al Gran León...- Mercí, Mère, yo sabía que eso te iba a convencer.
- ¡Aller, mi garçon predilecto!- Sí, ayer sí. Ya no uso pañales, Mère. Estarás orgullosa de mi.
Entre 1840 y 1848: - León, ven aquí, obstinada rata de laboratorio. Sal a la luz, que te quiero presentar a alguien.
- Enseguida, doctor Donné.
- Mira, te presento a Armand Hippolyte Louis Fizeau, viene a pedirme consejo, está tan fanatizado como tú.- Bonjour, Arm... grap.
- Me dicen Poli.
- Fiuuuu, yo soy León.
- ¿Me parece o tenemos edades semejantes, León?
- 19 de setiembre de 1819.
- 23 de setiembre de 1819.
- Debes saber que los mayores merecen su debido respeto, je.
- Ni sueñes entonces desafiar a Newton. Hay que perderle el respeto a los grandes, León.
- Tienes razón, Poli.
- ¿Por dónde empezamos?
- Por la luz, obvio, le llevamos más de cien años de ventaja al gigante inglés.
- ¡Agarrate, Isaac!
- ¡Allos, enfants de la Patrie...
- le jour de glorie est arrivé!
Notas:
1819: Nace en París Jean-Bernard-Léon Foucault, hijo de Jean Léon Foucault, un reconocido editor de libros. Me pareció simpático meter aquí a Laënnec, reconocido como el inventor del estetoscopio, que vivía en París en esos días.
1830: Foucault recibió sólo la educación hogareña mientras ayudaba a su padre en el trabajo. Sus padres querían que fuera médico, pero él no estaba muy convencido.
Entre 1835 y 1840: Consiguieron ubicarlo como ayudante del gran Alfred Donné, descubridor de la leucemia y de varias enfermedades relacionadas con el sistema genital femenino. En ese mundo de laboratorio confirmó su interés por la ciencia más básica: la física. Los descubrimientos del primer tercio del siglo XIX lo asombraron y estimularon. Soñaba con encontrar errores en los trabajos de Newton, a quien muchos consideraban iluminado por dios.
Entre 1840 y 1848: Conoce a Fizeau, quien sería su amigo y compañero de desafíos experimentales. Ambos competían en ingenio y se complementaban en sus estudios relacionados con las diversas ramas de la física. Pronto sorprenderían al mundo.
4 comentarios:
Sí, volví a duplicar. Es que como estoy escribiendo poco, no quería abandonar este cálido recinto.
Grande Oso, esto de venir remando solo me estaba matando los brazos! Buen personaje, a este lo juno, aunque no con el detalle minucioso que acostumbran estas crónicas!
Un abrazo!!
Cuando los datos ¨se novelan¨, llegan al lector de manera más directa.
Otro beso.
SIL
GENIAL,OSO!!!!!!
Ya te lo dije la otra vez:
estos relatos merecen estar recopilados en un libro y
ahora agrego:
la tapa en letras grandes que ocupen casi el 50 % de a superficie:"GENTE IGNOTA"
Así,bien grande.
ya me la imagino...
excelente como siempre el relato, el humor con que lo contás y la sabiduría detrás de todo (y la información)..
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