domingo, 5 de junio de 2011

Pintura callejera

La letra se contorneaba en la melodía y chillaba con ganas "a la gente la ayuda la gente" mientras por la vereda el mundo le era indiferente a ese grito desgarrado de ilusión.
En la esquina dormían dos borrachos, sin miras a despertar. Frente a los coches detenidos en el semáforo, tres chicos hacían malabares mientras otro recorría las ventanillas buscando monedas que tardaban en llegar.
Mientras avanzaban los vehículos, por las veredas pasaban niños muy pequeños con la mano estirada y los rostros sucios, balbuceando algo parecido a "tiene algo don".
No muy lejos, en la plaza, el pegamento iba de mano en mano. Así se sentía menos el hambre, así el dolor dolía menos y la vida o eso parecido a ella, se hacía más amena.
Como manchones bajo el sol, corrían dos muchachos con las capuchas hasta los ojos. Detrás los perseguía un pobre diablo que no dejaba de insultar y pedir que le devolvieran lo robado.
En su andar, la multitud dejaba atrás promesas disfrazadas de pasacalles, rostros enormes en carteles sonriendo con un único fin. El aire se llenaba al mismo tiempo de hipocrecías y gases tóxicos.
El diariero, en tanto, no dejaba de mirar de reojo las noticias en los matutinos y de angustiarse por tantas disputas sin sentido. Algún que otro pedía palabras cruzadas y consideraba que era lo mejor.
Rosa, la moza del bar, esquivaba como una acróbata a la gente que no la dejaba pasar, mientras con su mano derecha en lo alto, las pequeñas tazas hacía tiritar.
Por algún desagüe de la lluvia se había ido también el respeto, los valores, hasta la mismísima humanidad.
La música era ahora otra, pero resonaba de la misma manera ante la indeferencia de todos, el ruego de una letra que casi herida pedía a gritos: "que no se quede mi pueblo dormido".
Y la pintura de aquella calle, sin embargo, se oponía a cambiar.

3 comentarios:

SIL dijo...

En mundos salvajes, las palabras se vuelven balas o puñales, y paradójicamente, pedidos de auxilio y gritos de esperanza.
La palabra todo lo abarca.
Terrible y real ¨pintura¨ resultó este texto.

Buen día, Neto

:)

SIL

Netomancia dijo...

Más que pintura, un manchón a la bartola jaja. Gracias Sil!

Con tinta violeta dijo...

Buen retrato de la realidad, don Neto...cuando se te pones realista, parece que te enfundas un guante de boxeo con el ánimo de dejarnos noqueados...¡y la verdad es que lo consigues!
Besos!!!