jueves, 5 de abril de 2012

La pregunta

La contempló una vez más desde el puente de mando. Solitaria y pequeña, como jamás la había imaginado. El capitán también la observaba. Los demás no tenían el coraje. Se les notaba en los semblantes avasallados por la tristeza.
Carraspeó un par de veces y luego le hizo aquella pregunta, cuya respuesta sabía de antemano, a su superior, a quién los ojos parecían temblarle frente al infinito espacio que se esparcía más allá de lo que podía apreciar.
- ¿Volveremos por ella en algún momento?
El capitán se permitió el silencio, no como respuesta, sino como estrategia para ganar tiempo, mientras buscaba las palabras justas, que pudieran contestar con certeza el interrogante, el mismo que se hacían cientos y cientos de sobrevivientes, mientras se alejaban de todo lo conocido.
Finalmente cerró los ojos y contestó, conciente que aquella oscuridad momentánea no lo ocultaba, sino que muy por el contrario, lo exponía ante la humanidad, como responsable de aquella huída, de aquel salvataje en medio del caos, de la destrucción. Solo necesitó una palabra, tan solo una que resumía no su deseo, sino la realidad, aquella a la que siglos y siglos de vandalismo y desidia habían logrado concretar.
- No.
El sargento miró por última vez el planeta y retomó su puesto. Atrás quedaba el pasado.

1 comentario:

SIL dijo...

Terrible, Netito.

Ojalá este texto no esté describiendo nuestro futuro.


Una abrazo grande.


SIL