Un viejo camina ausente
y aunque imagínase erguido
cerviz de sauce en la fuente,
cayado en siglos sumido.
Las décadas que ha vivido
le han retenido el aliento,
han puesto sepia en olvido
con hastíos macilentos.
Los fresnos siembran monedas
que cayendo a ritmo lento
en nostalgiosas veredas
sin tintines bajo el viento
se deshacen en crujidos
pobre orquesta en contrapunto
titubeos sostenidos
sin unísono el conjunto.
Pero él escucha ovaciones,
de quién sabe qué tribunas
coro de las emociones
sus recuerdos importunan.
Lo celebran los canteros,
serias dalias, los claveles,
le devuelven los tinteros,
la colimba, los laureles,
los tiempos que se amontonan
en rincones polvorientos
nunca su gloria destronan
pincelando aburrimiento.
Quiera el cielo que recuerden
la simiente de su especie
no hay amparo si se pierden
sus palabras, no se aprecie
que su paso en la espesura
de una vida aventurada
de la historia, travesura,
está escrito en su mirada.
Carlitos
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Con once años son otros los horrores, efectivamente.
Jugar a las escondidas se podría considerar casi normal una tarde de
primavera; jugar en grupo, en la...
Hace 4 semanas
3 comentarios:
Bello poema Oso. Son unas pinceladas delicadas..."los tiempos se amontonan en rincones polvorientos".
Y muchas veces viven en su mundo de recuerdos, sensaciones que desde afuera los que los contemplamos no podemos comprender en su totalidad, aunque logremos distinguir ese brillo de travesura en la mirada...
Hermoso!
Saludos!
Harrrrrrrrrrrrrrrrrm/ oso.
=)
Los ojos de los viejos parecen desgastados de tanta vida. Bellas letras Oso, que bueno poder leerte en este espacio!!!!
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