¿Y si el hombre se cansa?
¿Y si acaso desea apurar su destino, ese al que todos nos espera?
¿Qué pasa entonces, cuando eso anhela?
¿Tiene acaso el derecho de reclamar su parcela?
¿Cuál es nuestra función en semejante dilema?
¿Escucharlo tan solo y cambiar de tema?
El grito es el llanto, el deseo es la pena,
la vida que ya no es vida, cae como la arena.
La sangre en las venas se inquieta y la mente se estresa,
es un cuerpo inerte que suplica, pero ya no reza.
Se encomienda a la vergüenza, al dolor,
se sabe impotente, títere del tiempo,
ya no es el que era, ni tampoco será mucho más
tan solo un cuerpo que aguarda, ni siquiera con paz.
Las horas son lentas, presas de una desgracia,
haciendo del desenlace, una nueva burocracia.
Las agujas marchan llevadas por una brisa,
que en tanto giran, reprimen la prisa.
El hombre cansado solo pide piedad,
que el momento llegue y nada más,
que lo envuelva la noche, Dios o Satanás,
adormeciéndolo para siempre, de esta realidad.
¿Y si el hombre se cansa, pero no puede escapar?
¿Cuál es el destino, si se harta de esperar?
¿Si su deseo es basta y ya no quiere más?
¿Qué?
¿Cómo?
¿Dónde, está la respuesta que sueña escuchar?
Carlitos
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Con once años son otros los horrores, efectivamente.
Jugar a las escondidas se podría considerar casi normal una tarde de
primavera; jugar en grupo, en la...
Hace 4 semanas
3 comentarios:
Necesitamos tiempo para reflexionar ante tanta pregunta, ja!
Buen poema Neto!
Besos!
El hombre ya se ha cansado...
Lleva siglos tratando de ver como resuelve ese dilema.
Abrazo.
SIL
Creo que nadie puede dar una respuesta ni decir que puerta hay que tocar, creo que a pesar de tanta melancolía, tanta pena y tanta herida solo se trata de vivir, dijeron...
Abrazo!
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