Una idea se posó sobre mi cabeza. Aleteaba y zumbaba enloquecidamente; por momentos me hacía cosquillas, por momentos me irritaba.
Terminó por fastidiarme. No dejaba que me concentrara en un nuevo relato. Sin vacilar la aplasté con la palma de la mano.
Otra vez en paz me arrojé sobre la hoja en blanco, que tanto trabajo me estaba dando esa mañana.
viernes, 28 de junio de 2013
Molestia
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2 comentarios:
Maravilloso!!!!
=D
Un abrazo.
SIL
Conozco esa sensación
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