Humedad. Graznidos. Indudable, inexorable, el Sol bañaba el monte. El hombre se levantó del catre y miró a lo lejos. Sintió que algún demonio lo arrastraba en un arrebato hasta la cuesta de la sierra. Y le prometía reinos, poder y gloria. No había a su lado ángeles que lo confortasen. Cuando sintió una mano áspera, gastada, agrietada, pesando sobre su hombro, Marcos abrazó a aquel campesino y se secó una lágrima al ajustarse el pasamontañas.
Carlitos
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Con once años son otros los horrores, efectivamente.
Jugar a las escondidas se podría considerar casi normal una tarde de
primavera; jugar en grupo, en la...
Hace 4 semanas
3 comentarios:
Me alegra estar comentando un texto del Oso en Villeraturas!!!!
Quizás Marcos era un ángel.
Besos.
SIL
Querido Neto, querida Sil: Iba a usar palabras de ocasión como "nunca me fui" o atrocidades por el estilo.
Lo evitaré diciendo que a mi también me alegra.
Abrazos
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