martes, 8 de septiembre de 2009

Yo creo que fue Juan

Marcelo le dice a Raúl que sospecha firmemente que Juan es el responsable de la desaparición del paquete de yerba.
Raúl discute con Andrés, quién sostiene que Marcelo invoca demonios pronunciando lo que pronuncia. Teresita le susurra al oído a Nicolás que la situación se está yendo de las manos. Nicolás, temblando de miedo, le sugiere a Martita abandonar la casa en ese mismo instante.
Martita vuelve a mirar a Marcelo y luego a Raúl.
En un momento suspira y abandona la ronda. Se aleja lentamente del centro de la mesa donde se encuentra aquel enigmático y sucio tablero de Ouija y les dice a todos los presentes:

“¡¿Me pueden decir dónde está el paquete de yerba para empezar la mateada?!”.
“¡Ya te lo dije, se lo llevó Juan sólo para asustarnos!” - respondió enfurecido Marcelo.
“¡Basta!. Ya me cansé de todo esto,¡yo me piro!” - reprochó embravecido Raúl, quién abandonó a toda prisa la habitación.

Era obvio.
Como podría Juan haber robado aquel paquete de yerba si llevaba muerto más de un año luego de aquel trágico accidente de coche volviendo de Rosario junto con Marcelo.

13 comentarios:

el oso dijo...

El momento fatal en que falta la yerba se puede deber tanto a vivos como a muertos. No hay quien conjure una oportuna falta del molido elemento.
¡Buenísimo, Dieguito!

melina dijo...

Wow que final! Me lo imaginaba vivito y coleando al tal Juan jajaja

Muy bueno!
Besote!

SIL dijo...

Ni muerta resignaría, una buena mateada.
No debe haber forma de conseguir yerba con tanta facilidad en el más allá...
La tuvo que venir a buscar en el más acá.
Comprendamos al pobre Juan.

Buenísimo.
Besos.

Lisandro dijo...

Que buen cuento, me gusto mucho... para rematar... despues de muerto, se hace el vivo ese juan... jjaja... un abrazo!

Anónimo dijo...

Un mundo de invocaciones y presencias con el que todos hemos jugado alguna vez y del que en la mayoría de los casos salimos por pies.
Un saludo y PAZ

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Netomancia dijo...

Más que incredulidad, lo de Raúl es miedo. Qué Juan haya regresado por un paquete de yerba puede implicar futuros regresos en busca de cosas mayores.
Ahora Diego, a qué a Juan no le decís que ceba mejores mates que yo jaja.
Muy bueno el relato, me gustó. Un abrazo muchacho!!!

Martín Gardella dijo...

Muy buen cuento! Hasta pude imaginarlo a Juan, tomando mate en el cielo, o en el infierno (vaya uno a saber...)

Anónimo dijo...

jejeje muchas gracias a todos por los comentarios, eso sí tanto en el más acá o en el más allá veo que todos daríamos cualquier cosa por una buena mateada eh?
jejeje
saludos!

Felipe R. Avila dijo...

Sorprente final!
¡Muy bueno,che!
Mis felicitaciones.

Don Belce dijo...

A mí me suena como echarle la culpa al perro por olores raros.
Muy bueno Diego, un abrazo.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Yo te había dejado un comentario...
¿lo eliminaste?

gustavo dijo...

Conciso. Pocas palabras te alcanzan para el final inesperado. Muy bueno. ¡pobre Juan tendría ganas de tomar unos buenos mates! abrazo