jueves, 13 de mayo de 2010

Prospecto de la desesperación

En el edificio de departamentos donde residía Lucho (nuestro personaje) fue hallada la siguiente nota luego de su misteriosa desaparición:

"En una habitación vacía suena un teléfono incesantemente.
El presentimiento de quién realiza esa llamada es preciso. Nadie se encuentra del otro lado de la interminable maraña de cables, senderos de cobre, señales de microondas y conexiones satelitales.
La certeza del dueño de ese aparato telefónico es otra y no es necesario describirla.
El silencio atronador al que nos llevan las ciudades en los días de tormenta nace de una sospechosa violencia que se genera en el interior de cada ser humano.
Si el ruido estrepitoso de los coches no permite que oigas ese silencio que clama por salir de tus entrañas, visita a un médico rápidamente.
Si abrimos de par en par las ventanas podremos ver a todo el mundo salir de sus portales con la boca abierta, hablando sin razón; repitiendo las afirmaciones que anoche transmitieron los títeres de los informativos.
Si cerramos nuestras puertas es probable que nos encontremos mas seguros. Sin embargo, el aburrimiento podría invadirnos furiosamente y eso no es aconsejable en vísperas de un fin de semana.
Leyendo a nuestros autores predilectos podremos notar que más de uno intentará advertirnos sobre la carga que significa esta vida para nuestras espaldas.
¡Al diablo con ellos!
La característica más loable del ser humano es la de resultar completamente innecesario para la naturaleza.
¿La más despreciable? Esa ya la conocemos de memoria.
¿Acaso tú no te miras en el espejo todas las mañanas?

Ahí estamos nosotros, ahí estás tú, ahí estoy yo.
Los teléfonos suenan impacientemente en habitaciones vacías pintadas de blanco. Las fotos claman por sus dueños y las pinturas por entendimiento.
El día que este mundo deje de girar en el eje del sin sentido me sentaré a descansar de todo este viaje.

Mientras tanto... ¡adelante!
Bajemos la escalera y retomemos el camino de una vez por todas."

6 comentarios:

SIL dijo...

La característica más loable del ser humano es la de resultar completamente innecesario para la naturaleza...//

A pesar del marco surrealista en que lo planteás, es tan contundente el relato, que el lector no puede más que asentir y quedarse pensando.

Este post tiene un lapidario efecto de ¨reflexión residual...¨

Excelente, Diego.

Beso grande.

SIL

Netomancia dijo...

Diego, que estupendo relato!!!! Cuesta no imaginarse a este Lucho reflexivo en su habitación, sentado a una mesa, garabateando esos pensamientos. Y vaya profundidad de los mismos. Las certezas, los malestares, la hipocresía, la necesidad, irrelevancia del ser humano, las preocupaciones sin fundamento... tanto en tan pocas líneas! Es maravilloso.
Un abrazo!

Con tinta violeta dijo...

Caramba Diego, el personaje te ha salido filósofo de verdad...no me extraña que haya desaparecido, con lo que el pobre ha visto y reflexionado...¿se te ha ocurrido que puede andar de copas por Malasaña?
El texto es un análisis certero de lo que se ve ahora mismo a nuestro alrededor...felicidades!
Abrazos.

Felipe R. Avila dijo...

Querido Diego:habia copiado esa misma frase tuya que cita Sil,para decirte algo, así que diré sólo que concuerdo con todo lo que ella te dice, mas arriba.Y leyendo a doña Tinta coincido también con ella. Estoy muy coincididor hoy,che...
Muchas felicitaciones!

el oso dijo...

Yo coincido con Felipe, jejej...

Y además me puse a pensar en el Lucho mientras leía y es como que el foco se fue abriendo a un horizonte más amplio. Sentí entonces un escozor cartesiano que me impulsó a un deseo urgente de bajar algunas escaleras.
Con tales efectos no tengo nada que agregar a los comentarios de mis amigos de arriba ni nada más que decir.
Abrazos

Anónimo dijo...

muchas gracias a todos por los comentarios, el texto es un juego de frases que Lucho dejó olvidadas por ahí, creo que se han hallado mas pistas de su viaje, si las encuentro, las seguiré publicando... jeje
saludos!