viernes, 15 de mayo de 2009

Motorcycle Emptiness

Cuando Ian entró de sorpresa en la farmacia del barrio sabía lo que estaba buscando. El sudor corría por su frente delatando cierta presión agobiante por el entorno que se le presentaba.
Tras el grito de "¡todos al suelo!", y después de haber asegurado la puerta del local, se acercó lentamente a la caja con toda la intención de llevarse el total de la recaudación.
Bajo el mostrador se encontraba escondida a Susan, una joven procedente de Gales con los ojos más oscuros que Ian había visto en el mundo.
Sin decirle nada y tan sólo moviendo sus manos, le indicó que se levantara y abriera el cajón, del que sólo ella tenía llaves, para poder llevarse su botín.
Susan aceptó el encargo temblorosa, mientras fuera del local el alboroto de los transeúntes comenzaba a llamar la atención del policía apostado en la otra calle.
Cuando ella abrió el cajón notó como las manos de aquel joven temblaban frente a sus profundos ojos. Sin pensarlo ni un minuto Susan le acarició la mano derecha y le pidió que se calmara, que todo saldría bien.
Fue ahí cuando Susan tomó todo el dinero y lo depositó en su bolso, se quitó el maldito uniforme de farmaceútica que tanto odiaba, se pintó los labios de un color rojo salvaje y partió hacia el parking trasero del local para poner en marcha su Rapom V8 color negra.

Luego de unos segundos todo volvió a su aparente normalidad, la única diferencia era que Ian y Susan corrían a toda velocidad por la carretera con destino a London.
Es que esa noche tocaban los Manic Street Preachers y ellos ya tenían el dinero para las entradas...

12 comentarios:

SIL dijo...

Una versión rara de Bonnie and Clyde.....
Las mujeres solemos enamorarnos de nuestros matadores, como ya lo dijo Almodóvar...
Bien por Ian y Susan.

BESOS.

HUMO dijo...

Que buen relato!

=) HUMO

Taller Literario Kapasulino dijo...

Muy bueno, cambio todo al final... esta bueno que puedas desconcertar al lector.

Anónimo dijo...

buen cuento me gusto corto y de rapida definicion quiero ver mas

Gonzalo Vázquez Gabor dijo...

Una Rapom V8!!!!
Si habrá robado farmacias ...

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

¡Final desconcertante!

Anónimo dijo...

cuando de entradas para un concierto se trata..
brillante, me encantó!

beso!

el oso dijo...

¡Vaaamos Susan todavía! ¡Ian viejo nomás! Historia potente, road movie, uno se encariña con los personajes, por ese rincón de envidia admirada...
Una vez fui Susan y ella Ian, pero me llevó a ver Pimpinela... ¡un psiquiatra a la izquierda..!

¡Excel Dieguito!

Anónimo dijo...

Real como la vida misma.
El destino se escribe a casa instante y todo puede cambiar en ese segundo decisivo en el que decidimos respirar o no, tocar o no, movernos o no.
Me encantó tu relato de hoy...
PAZ

Anónimo dijo...

gracias a todos por los comentarios, estoy buscando a Susan e Ian para contarle esto pero no logro localizarlos, deben estar en camino eterno...
saludos

Netomancia dijo...

Por los Manic me asalto lo que sea!!! Grande Diego, un gran relato y una de las MEJORES bandas de la actualidad al mismo precio!!!

Unknown dijo...

lo unico que se les olvido es llevarse el medicamento psicotropico yo lo hubiera hecho.....estoy seguro