Ella me había
invitado al balcón. La noche perlada de estrellas imponía un fondo romántico.
Vestía de manera ligera y se le notaban las mejillas rosadas. Había tomado
mucho vino y sus manos me llamaban, sensuales, como dos serpientes a punto de
atacar.
Di un paso,
esperanzado. Di otro, excitado. Luego observé la baranda, la ciudad
interminable y el abismo que se abría camino hacia abajo.
Huí hacia
la puerta despavorido, antes que el precipicio me devorara hacia sus fauces
hambrientas.
5 comentarios:
Una especie de Romeo precavido.
Abrazo, Netito.
SIL
Por fortuna él no debía haber bebido tanto...¡o fue el fresco de la madrugada lo que le despertó?
Muy bueno el micro!
Abrazos!
Qué fantasmas habrá despertado?
Creo que la fobia a la altura privó al protagonista de un encuentro intimo con una mujer sensual. Se perdió una oportunidad que tal vez no se repita.
un romeo vergonzoso jaja
buen relato felicitaciones
Marcelo
Cirujano Especialista en cirugia de nariz
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