martes, 5 de mayo de 2009

Sobre la muerte y los colores pálidos

No recuerdo nada más triste que el verde pálido del pasillo externo del quirófano. Es un verde descolorido, carente de vida, un presagio horrible, un sueño oscuro, una pesadilla próxima. Se ahonda más el sentimiento en la interminable espera, la consulta continua al reloj cuyas manecillas no parecen avanzar.
Los sonidos aquietados, el aire inerte, el silencio de todos, complotan con la angustia, los recuerdos inevitables y las ganas de llorar. Y las miradas se hacen esquivas, se ocultan los ojos llorosos, se evitan los lamentos, se apacigua el querer gritar a viva voz, de bronca, de dolor.
El corazón se mueve en un incesante bombeo, acelerado, preocupado. No podemos dejar de pensar, de hacer conjeturas, de barajar posibilidades. Parecemos estatuas, pero estamos a mil, aunque parezca imposible. En la antesala de la muerte (o el milagro) todo puede pasar.
El dolor no se mitiga, pero se combate, internamente, en solitario, odiando a todo y a todos, en la negligencia inevitable que nos movemos en los momentos malos. Pero el maldito color verde no ayuda, no señor. Al contrario, lo vuelve todo más verde, más doloroso, más irreal.
Me levantó furioso, fastidiado, ya sin ocultar las lágrimas y me lanzó contra la pared del pasillo, la pateo con fuerza, con bronca, con sangre, sin piedad, destrozo los nudillos en su piel dura e impacable, en su rostro frío e impávido, que sonríe silencioso ante las penas ajenas. Siento que me arrastran, me llevan lejos, alguien pide silencio, gente de seguridad me saca del sector y no me importa, soy un solo llanto que quiere no existir, que se ha cansado de sufrir...
Alguien me abraza y es ella, la persona que amo. Me dice que todo va a salir bien, que no me preocupe, que me calme, que tenga fe... pero no le creo. He visto a la muerte en esa pared . Quizás no sea hoy, pero volverá, lo se , porque así está escrito. Y en esa certeza, he enterrado mis esperanzas envueltas en miedo, pánico y locura. Y con esa certeza, se muy bien, debo seguir viviendo.

11 comentarios:

el oso dijo...

Ufff, encima es una fría pared, fría y silenciosa. Tal vez sea pero el seguir viviendo para el pibe que se termine de una vez la locura. Cuando el famoso verde esperanza troca en verde maldito, la única esperanza es la muerte (o el milagro).

Ah, me encantó la fundita de Gandalf...

SIL dijo...

Yo estuve un mes sentada en un banco de un pasillo de terapia intensiva color verde.
Pero me ayudó mucho no esperar el milagro.
Descarté de plano el milagro.
(Era la única del grupo con esa actitud...) Así que ese fue el verdadero frente de batalla.
No enterré mis esperanzas en miedo, pánico y locura.
Sencillamente, no tenía esperanza.
ESTA NO ME DIO MIEDO !!!
BESOS DE COLOR MUY PÁLIDO

HUMO dijo...

Me encanta tu estilo Neto!

=) HUMO

Netomancia dijo...

Lo que decís Oso es muy cierto, el verde puede ser esperanza o bien, una condena. La mayoría de los pasillos de quirófano visten ese color, por lo que no los relaciono con una buena señal. Lo de verde = esperanza no va con mis ideas, je.
Bueno Sil, menos mal que no le dio miedo, porque ya iba a empezar a escribir cuentos para niños (me salen también) así seguía viniendo. Jaja. En realidad no era la idea asustar, más bien mostrar como el factor psicológico en momentos tensos puede verse alterado por la más mínima distracción.
Doña Humo, gracias!

Y don Oso, sabe que Gandalf no ha mencionado a la fundita, ahora bien, puede creer que ahora que lo dice recuerdo que la olvidó allá y que durante todos estos días me preguntaba "para que caracho la tiene siempre al lado del teclado y no la guarda". Je.

Paul Grill dijo...

NO me hagan la fundita...el palantir se me está llenando de tierra...media...y completa...y encima dice low batery...
(recordar que en la fundita habia pilas de la comarca y un billete de $500)

Taller Literario Kapasulino dijo...

Muy bueno, me gusto como lo contaste, como marcaste cada detalle.

el oso dijo...

Don Paul: encontré todo menos el billete de 500, qué pena, si quiere pase mañana por lo de mis viejos y la retira, que lo retiró...
A mí esta semana no se me halla...

Netomancia dijo...

Gracias Carla, siempre es un agrado tenerte por aquí.

Anónimo dijo...

y cuando la locura nos dice que estamos cuerdos, la cordura nos encierra en un juego en el que tdos parecemos locos, en fin, peripecias de la vida...
neto, un aplauso de mi parte...
después dicen que usted y yo estamos locos... jeje

gustavo dijo...

Muy buena la descripción del momento psicológico. De reflejo condicionado ambiente-circunstancia. Después de todo los seres humanos somos los únicos concientes de nuestra mortalidad. La verdad amigo me gustó mucho lo tuyo . Abrazo.

Netomancia dijo...

Dieguito, gracias por lo que decís. No escuches a esas voces dueñas de la razón, nosotros lo sabíamos de antes.
Gustavo, siempre es un placer contar con tu visita. Me alegro que te haya gustado!