lunes, 1 de junio de 2009

Sin salida

Afuera hace frío y tengo sueño, insistió Sandra consigo misma, convenciéndose, mientras el murmullo de la ciudad oíase lejos, como si estuviera escondido tras la incertidumbre.
No puedo partir, pensaba, las horas pasan demasiado rápidas y él todavía no llegó. Si me voy sé que vendrá. Si me quedo.. tal vez llegue a olvidarme.
El viento era un falso palpitar de la noche.
El zigzagueo de la luz de la esquina simulaba un péndulo marcándole el ritmo de su insomnio. Veía la tenue iluminancia desde la arrinconada ventana de la habitación del 4ºC del “Graciela”, hostal que había encontrado de paso al salir de la cabina telefónica. Por un flujo de impertinencia que no pudo evitar, espiaba los ángulos errantes de la luz atropellando ilusiones. Aún así no perdía la esperanza de ver en el serpenteo la llegada de Rubén.
Pensó que podría esperar, y de inmediato sintió los sentidos adormeciéndose. Experimentó la noche más larga que nunca hubiera imaginado. Padeció aproximarse la gran espera.
Hubiese sido sabio partir cuando aún la decisión no conspiraba sobre ella, pero la confusa soledad supo engañarla.
Creyó que esperando alguien llegaría, y sólo obtuvo oscuridad.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

esas situaciones son teribles, uno va de un lado al otro del cuarto, no sabe si salir o no, si el teléfono sonará o no, si vendrán por un lado o por el otro, esos momentos en los que nos gustaría tener las armas del azar, para poder controlarlo todo; esas situaciones son tremendas, y acá se describen con toda genialidad!
besos!

Taller Literario Kapasulino dijo...

Un cuento triste... A veces la soledad es la unica compañia...

Muy bueno Melina

SIL dijo...

...Si me voy sé que vendrá. Si me quedo.. tal vez llegue a olvidarme....
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Para enmarcar...

BESOS

Kreski dijo...

es verdad... nadie más que alguien que sufrió ese momento...puede decir lo que se siente. Sé bastante de esto...pero es preferible olvidar a recordar ese instante en que la locura y el dolor azotan a galope fuerte el corazón.
Suerte que cuando te das cuenta... es solo UN MOMENTO AMARGO DEL CALENDARIO al que nunca más querrías volver a cometer el mismo error.
Gracias!!

Netomancia dijo...

Melancolísimo, si existe el término y si no, lo inventamos para usted doña Meli! Muy bueno, además excelente las oraciones, la elección de las palabras... una joya!

Anónimo dijo...

Esto sucede demasiado a menudo. Siempre estamos esperando a alguien o a que ocurra algo y por esto creo que llegamos tarde siempre a todo. (Pásate por mi texto de hoy mismo).
PAZ

ir-n dijo...

Acertadísimas palabras al describir tan profunda emoción, desde mi punto de vista. Cuesta respirar el aire; por su espesor, su escasez o ambas cosas a la vez.
Un placer pasear por este rincón que, sin duda, visitaré frecuentemente como refugio plagado de espejos.
Un saludo.

el oso dijo...

Meli, no sé por qué uno (yo en este caso) encuentra paralelismos por todos lados en este texto. Debe ser porque está escrito con fina pluma, con palabras tan selectas que dicen lo justo.
Te salió un escrito bárbaro.
Besos

Maria Susana dijo...

Hubiese sido sabio partir cuando aún la decisión no conspiraba sobre ella, pero la confusa soledad supo engañarla.
La soledad engaña a todos muchas veces.
Me veo en tu texto.
Lindísimo.

Anónimo dijo...

Si confiesas con tu boca que Jesucristo es tu Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salv@.

Romanos 10.