lunes, 29 de junio de 2009

La marea inhumana

Cayó al suelo abatido por el dolor, tomándose el abdomen con fuerza. Un hilo de sangre y vómito colgaba de su boca. Nadie se detuvo a darle una mano, ni siquiera a mirarlo. Intentó con todas sus fuerzas incorporarse, pero no resistió el esfuerzo y volvió a besar el asfalto.
Crudamente se sintió morir. Notó como los esfínteres dejaban de responderle y las necesidades fluían sin consuelo y manchaban sus ropas. Tosió sin sonido, sin violencia, sin saberlo.
Cerró los ojos dolorido, atravesado por la agonía, ahogado en un mar de indiferencia, llevándose como última imagen las piernas que iban y venían a su alrededor, apresuradas, ajenas, siguiendo el ritmo frenético de una ciudad que se imponía sobre el ser humano y dictaba sus propias reglas.
Su pensamiento final, fue de lástima, de pena, de vergüenza. No había muerto él, sino el género humano.

8 comentarios:

el oso dijo...

Morir sin una mano en el hombro... Qué otra cosa que pena, ¿no?
Durísimo, Neto, e impecable como nos pinta la desolación fatal.

SIL dijo...

NETO
Sos un maestro.
Pintaste en forma sublime la indiferencia de esa marea ante la tragedia ajena. Pasa cada un segundo...es tan real !!!!!
Te admiro con todo mi corazón.
Sin chistes.
SIL

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Todos los días muere el género humano. Nos acostumbramos al dolor ajeno y cada vez lo miramos con mayor indiferencia.

Bien hecho, Neto.

Anónimo dijo...

crudo relato de nuestra trsite realidad, de la desconfianza hacia el otro, del mirar para el otro lado, de nuestra ignorancia como ser humano cuando le damos la espalda a los animales, a la naturaleza, a nosotros mismos...

Taller Literario Kapasulino dijo...

Cuanta razon en ese final...
que tristeza que no podamos mirar a nuestro alrededor...
Muy bueno!

don carlao dijo...

crudo relato. me conmoviò de principio a fin

Lydia Raquel Pistagnesi dijo...

Fantàstica imagen, senti que estaba allì, tirada como tu personaje, en una busqueda de valores imposibles de alcanzar, te felicito.
Lydia Raquel Pistagnesi

Lisandro dijo...

me dejo pensando y mucho... realmente se me cruzan un monton de cosas por la cabeza, pero no podria explicarlo... mil disculpas...
Me gusto mucho... un abrazo!!!