lunes, 24 de agosto de 2009

El que apunta donde no debe

Llega a su casa salpicado de calles y frustraciones. Se quita la campera mojada por el aguacero de la tarde, se descalza los zapatos empapados y deja el paraguas que nunca abrió acostado sobre el sillón más próximo.
Sube las escaleras, con paso de soldado. Se deja estar en el primer descanso. Observa su casa, escucha sus silencios. Se dice con pesadumbre que otra vez no lo ha logrado. Sigue el ascenso hacia su cuarto.
Se detiene frente a un enorme espejo y mira su reflejo. Se grita con descaro: "¡Otra vez tú, allí parado! ¡Otra vez tú, perdedor innato!". Y cansado de su imagen, tantea el frío del metal en su bolsillo. El que lleva a todos lados. Y sin vacilar saca un .38 corto y se apunta desconociendo el miedo.
El cañón señala el espacio entre ojo y ojo. El disparo hace vibrar las habitaciones y el silencio sale huyendo. El espejo explota en mil fragmentos y las astillas lo raspan sin vencerlo. Baja el arma e hincha el pecho. Ha matado a la imagen y otra vez vuelve el puñal del silencio.
Se deja caer de culo, sobre el vidrio desparramado. No siente las astillas ni los pequeños cortes en las manos. Tan solo escucha su llanto mientras la sensación de fracaso que lo cubre.
Sabe que nunca podrá matar todo lo que odia en él, aquello que lo privó de lo que amaba y lo alejó de sus anhelos. Y en ese llanto se duerme para soñar lo que no se atreve ni apuntar donde realmente debe.

8 comentarios:

leoriginaldisaster dijo...

Que gran relato.. me transportastes a su casa! todos deberiamos intentar enfrentarnos a nosotros mismos..

un saludo!

Anónimo dijo...

impecable!
aquella imagen del espejo que tanto odiaba, aquella rabia contenida, aquel dolor que no escapa de un tiro en el reflejo, ni en le medio del pecho; todas esas imágenes q pasan una y otra vez por la mirada de este pobre tipo, cuántas veces las ha visto!
Neto, que bien logradas están estas historias donde uno siente que el dolor del personaje se hace carne en uno!
un abrazo!

SIL dijo...

La imagen que el espejo nos devuelve, puede ser nuestro más terrible enemigo.
En realidad los cristales rotos en este relato, se incrustan en el alma..
Great, Hermanito.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Intenso, la desesperación cubre el relato, la incertidumbre de no saber que hacer.
El reflejo de nuestras almas vacías que nos persiguen.
El sinsabor de esta vida que no nos deja ni a sol ni a sombra.

Taller Literario Kapasulino dijo...

el deseo de morir, la cobardía que no nos deja dejar éste mundo.
El terrible cuarto, y el sueño que deseamos que no nos haga despertar mas.

Santi dijo...

Me ha gustado el relato; claro que yo lo traduzco más como que el protagonista, más que matarte a sí mismo, quisiera matar lo que ve en sí mismo; porque, bueno, es lo de la autoestima... que a su vez se construye en función del mundo que tengas alrededor.

Saludos de morfina

Netomancia dijo...

Leo, que te hayas sentido en casa del protagonista me dice que lo has disfrutado. Me alegro. Saludos!

Gracias Dieguito. A veces el dolor lo tenemos latente y con estas historias no hacen sino salir a flote. Un abrazo!

Sil, es cierto. En el alma que es donde más duelen! Saludos!!!!

Carla, certeras apreciaciones. El relato explora ese dolor innato que llevamos dentro y no sabemos como eliminar.

AntWaters, es una visión también válida, claro que si. Muchas gracias por pasar, leer y comentar!

el oso dijo...

En más de una ocasión zafa el boludo que me mira a la mañana desde la ventanita redonda...

Buenísimo, Netex, un lujo de relato.