martes, 9 de junio de 2009

De cuando nos explican cosas que comprenderemos de grande

Sentado en el borde de la vereda, las piernitas sobre el asfalto de la calle, se quedó observando su barquito de papel. Se balanceaba sobre el agua con la fragilidad y el encanto de una mariposa y a veces parecía querer volcarse, pero de la nada tomaba fuerzas y enderezaba el imaginario timón y seguía avanzando como si nada por el charquito de agua que la última lluvia había dejado olvidado.
El barquito lo había construido su mamá, en el astillero de sus manos, con esa gracia tan jovial con la que siempre lo trataba. Le había dado el barquito y le sugirió que lo bautizara. Le puso el nombre de su hermanita, aunque no hubo fiesta ni nada, fue algo en su cabecita, una ceremonia muy privada.
Con el barquito en sus manos, se fue a la calle, siempre tranquila en esas horas, cómo le indicó su mamá, que estaba ahora muy ocupada con esos señores de blanco que acababan de llegar en el vehículo grandote, con sirenas arriba.
Su barco navegó esquivando hojas secas y ramitas que él le arrojaba. Imaginaba a su capitán dando órdenes y los marineros corriendo de un lado a otro, sacando el agua que alguna ola depositaba en su interior. Pero la construcción era muy buena, nada le podía pasar. Lo había hecho mamá, pensaba con orgullo.
Los hombres de blanco se fueron en el vehículo grandote, uno de ellos lo despeinó al pasarle la mano por la cabeza. A punto estuvo de pisar el barquito, pero por suerte su zapato aterrizó sobre el asfalto, lejos de su charquito.
Mamá lo vino a buscar, con una sonrisa enorme en el rostro. El quería contarle todo sobre su barco, de cómo las olas habían querido voltearlo, las órdenes que daba el capitán, la habilidad que tenían para superar los obstáculos que les ponía en el camino y principalmente, el nombre con el cuál lo había bautizado. Quería contarle todo todo todo, pero su mamá lo atrapó en un abrazo y no lo dejó hablar. Así abrazándolo, lo llevó adentro, mientras (él se dio cuenta) las lágrimas le surcaban las mejillas. Y depositándolo en su sillita favorita, le dijo:
- Mamá te va a contar algo, sobre tu hermanita, pero no te preocupes, porque es bueno, mamá llora de felicidad, si, porque ella se va a poner bien...


(este texto tiene dedicatoria, porque todo va a salir bien; cuídese y cuídela querida hermana, y no pierda las esperanzas)

15 comentarios:

SIL dijo...

VOS QUERÉS QUE ME VAYA CAMINANDO DESDE ROSARIO A VILLA A DARTE UN BESO a las 1.03 ??
TU CORAZÒN ES MÁS GRANDE QUE TU TALENTO, IMAGINATE ENTONCES DE QUÉ DIMENSIÓN ESTAMOS HABLANDO.

BESOS de papel-

Soy màs dura de lo que parezco, creeme.
Pero hasta las rocas disfrutan de una caricia.

Netomancia dijo...

Mucha suerte Sil, todo va a salir bien, y pronto se llevará a su ángel para casa otra vez. Y por más roca que sea, estas cosas seguro que la erosionan como ninguna otra, pero no pierda nunca las esperanzas y menos, deje de creer. En Rosario está en buenas manos, hay excelentes profesionales.

SIL dijo...

Ya sè, Ya sé....dulce.
Creeme, apenas salga de èsto, empiezo otra vez a escribir maldades, y me volvés a sufrir a altas horas de la noche, como siempre.
Igual este post, queda grabado en la piedra ehhhh...
Y no te escribo un mail, para no volver a violar otra Norma.

Un abrazo que vale millones de palabras.

Netomancia dijo...

Seguramente será así hermana Sil y que solo sea un susto para contar más adelante como anécdota. Cualquier cosa, me avisa, no lo dude. Y no se preocupe por Norma, se hizo amiga de Margarita.
Un abrazo, cuídese.

SIL dijo...

Celebro que Norma y Margarita se hayan hecho amigas, porque ese vínculo me garantiza que sabràn guardar bien los secretos.
BYE BYE

Anónimo dijo...

Ernest, amigo, son geniales tus relatos!
Se siente todo cuando te leo.
Abrazos!

pd: y fuerzas para Sil!

Annie dijo...

Ay Neto, Neto!

Que más decir: me hizo llorisquear...
Yo también iría a darle
un beso...
Es Ud. un bombón. Gracias.

Besos de chocolate

Taller Literario Kapasulino dijo...

Que triste Neto, cuando en un segundo perdemos la infancia, la inocencia, y nos hacemos grandes...
Tengo un texto similar, por si lo queres leer... se llama: "La niñez perdida" Es uno de los primeros textos que deje en el blog

Netomancia dijo...

Gracias Meli! Y gracias Doña Annie! La idea del relato es mostrar como en la infancia, somos ajenos a los problemas que tienen en sus manos cuando la salud de algún integrante de la familia está en juego. Es la confrontación entre inocencia y realidad. Se lo dediqué a Sil por el momento que está atravesando con una de sus chiquitas. El final tiene lo que quiero transmitir, la esperanza de terminar bien. Besos a las dos!
Y Carla, si, la niñez comienza en esos casos a resquebrajarse, pero recién se pierde cuando comprendemos que es lo que pasó entonces. Me sucedió con el fallecimiento de mis tíos en un accidente a temprana edad, de golpe entendí la ausencia, la muerte, el dejar de ser. Pero recién más tarde es lo comprendí en toda su dimensión.
Ahora paso a leer tu relato. Gracias!

Maria Susana dijo...

Hermoso texto,Neto, compartiremos las lágrimas de felicidad sin dudas cuando todo pase a ser una pesadilla lejana para nuestra amiga.
Un abrazo , y otro para Sil fuerte fuerte.

Anónimo dijo...

preciosas letras neto, cargadas de una fuerza única como la esperanza, muy emotivo!
saludos

don carlao dijo...

muy lindo cuento.te leo de de nuevo

Anónimo dijo...

Mmmmm no era la intencion llorar...pero lloro.
Chau un beso.
Tere.

Annie dijo...

Don Neto:

Gracias Don Neto, es verdad, todo lo que quiso plasmar lo hizo con maestría y con una ternura infinita.
Como Ud. sabrá, a mi también me toca de cerca esta situación, porque las quiero mucho a las dos.
Por eso mi agradecimiento del comentario anterior.

Un beso enorme...

el oso dijo...

Inmenso, Neto...
No me cabe duda de que fue recibido por su destinataria como una caricia en el alma.
Para ponerse de pie.
Abrazos