miércoles, 5 de agosto de 2009

Los pibes*

"Me cuesta entender una revolución social encabezada por los
inversores en dólares. Pido permiso para sentir más simpatía
por los que ni cacerolas tienen". Alejandro Dolina


Los pibes en la esquina toman frula de la mala, las chicas se ríen sin ir más allá de los excesos, sin dejar de mirar por si el vigilante del barrio aparece de repente.
Los pibes se ríen sin saber porque, hartos de esperar por algo mejor se pierden lejos de la noción del amor. El barrio sigue firme, casi estancado, en las riberas del río.
Algunos van, otro vienen y algunos nunca regresan.
Se dividen, se dispersan; se pierden en el tatuaje de los años y sus penas. Las horas se pierden entre los aceros y los hornos que los rodean; los pibes sueñan con salir algún día de ahí, ¿los pibes sueñan?
Uno de ellos se compró la guitarra en la galería “La Favorita”, el otro se compró el chumbo en la tienda de caza y pesca de la calle San Luis. Las chicas bien… entre el glamour de la tv y la inocencia de la hermana menor se las arreglan para salvarse del momento.
Algunas deciden partir, otras reposan en los brazos de sus jóvenes paladines y construyen los cimientos de sus refugios.
Los pibes siguen jugando a ver quién es el que se banca más tensión en sus cabezas. Algunos se retiran de las mesas del bar, otros se aferran a ellas en busca de una costa invisible donde nunca llegará el barco que los pierda en el horizonte.
Uno de ellos se volcó a las creencias católicas cargadas de costumbres sin saber muy bien porque; otros se instalaron en sus ideas de revoluciones vencidas, creyendo que así podrían encontrar algún lugar en los gobiernos de turno.
Los pibes toman frula de la mala, los pibes hablan sin parar, las chicas los miran. Se divierten con ellos y a causa de ellos. Los pibes le dan duro a la pelota para ver si un gol de esos que nadie se explica consigue alejarlos del dolor que los rodea.
Los pibes siguen dándole duro y nadie presta atención si están de vuelta de todo.
Los pibes siguen en pie, pese a todo, y parece que a nadie le importa.



*Este texto fue escrito hace un par de años luego de los hechos de aquel fatídico Diciembre de 2001 en Argentina. Como tantas cosas quedó sepultado en un universo paralelo de papeles e ideas. Hoy reapareció de entre las cenizas con ganas de salir volando...

7 comentarios:

Netomancia dijo...

Dieguito, un texto sin superhéroes ni soluciones mágicas, un texto sobre pibes, sobre destinos que tomaron diversos rumbos luego de aquella fatídica sacudida nacional. La frula es la mala, la realidad es mala, la política es mala. Los pibes sin embargo sueña o creer soñar, buscan ese gol para desahogarse, esa guitarra para tapar con melodías tantas palabras y ruidos necios.
Me encanta la frase de Dolina que elegiste, no podía ser menos en vos esa puntería. Cuando la leí hace un tiempo la compartí a pleno y confirmé que el Negro es el pensador más claro que queda en Argentina. Leyendo tu texto, me doy cuenta que fuiste un pibe más, que con sueños e ilusiones a cuestas y sin soluciones mágicas a mano, pero aún creyendo en ideales y superhéroes, tomaste un rumbo lejano a esta patria pero sin despegarte nunca de ella. Se te extraña como amigo y persona, como pibe y soñador.
Un abrazo gigante.

SIL dijo...

CON TU VENIA, VICTOR HEREDIA DICE POR MÍ.


Supongamos...

Supongamos que les digo que
añoro otro país y quiero regresar.
Hace tantos años que no se
si es cierto que viví o solo lo soñé.
Iba con mi padre sin hablar,
rara vez hablábamos los dos,
nos bastaba con mirarnos
a los ojos y callábamos;
Vientos azules crecían en mi…

Supongamos que les digo que
En este mismo espacio existe otra ciudad;
Una de hipodérmica y dolor
Oscura como un niño hundiéndose en alcohol,
Otra ciega y sorda sin saber
Que se muere el siglo alrededor...

La verdad es tan trágica
Que la muerte es simpática
Vientos helados pasean en mi....

Supongamos que señalo aquí
Que es bueno recordar lo que uno quiso ser.
Eramos los jovenes del sol
La patria nuestra sangre y todo se esfumó.
Alguien caminó con mi canción
Con los pies sangrando y sin amor,
No se pagan con dádivas ni medallas Las lágrimas,
Vientos del sur lo repiten aquí…
Vientos azules crecían en mi…

Un beso hermanito.

Anónimo dijo...

mil gracias por las palabras tan afectuosas Neto! yo también te extraño a vos y nuestras charlas de locos jeje!
la verdad que para el que le guste o no, la tierra de uno se lleva muy dentro, y duele y enorgullece y resiente a la vez; es un casó misterioso y real, y uno desde la distancia aprende a valorar ciertas cosas, a ver de otra manera los pagos...
en fin, los pibes siguen soñando y eso es genial! esperemos que alguien los ayude a lograr sus sueños y ojalá todo mejore alguna vez...
un abrazo eterno!

Anónimo dijo...

antiguo pero más actual que nunca..
me emocionó bastante el texto y las palabras del Neto..

besossssssssssssss!

Taller Literario Kapasulino dijo...

Es una mezcla de triste y conmovedor.
Real, terriblemente real.
Muy bueno Diego

el oso dijo...

Mierda.
No sé ni cómo decir algo sobre esto.
Sólo recordar, recordarme, caminando con el vermis por calle san martín sin comprender demasiado, delirando razones, oliendo el tufo del sorete haciendo ruido con algún muerto de hambre.
Lo del negro es claro y comparto con el Neto la apreciación.
Me parece, querido Diego, que te mandaste un texto de la puta madre, esos de adentro, que se paren.

Anónimo dijo...

...que decir, mas actual que nunca.

Un beso.
Tere.